Nicole Moreno, la archiconocida Luli, anda con cero ganas, de bailar y parlotear cantadito. Y es que luego de que se le vinculara profesional y amorosamente con Hernando Marín Cáceres, el abogado  de la capturada red de narcos del "Carejarro" en La Victoria, todo se le ha puesto color de hormiga.

Pese a que los detectives consideraron que mi tía no era materia de investigación, igual  anda  súper bajoneada con todo esto, ya que ve afectada su imagen y además ninguno de sus llamados  "amigos" se han preocupado de ella.

Para cachar su sentir, La Cuarta parló con la rucia quien dijo estar más que triste. "Con esto ya sé quienes realmente valen la pena", soltó de entrada.

- ¿Por qué?

-  Ahora me he dado cuenta que nunca he tenido amigos. Sólo me querían para salir y carretear. Ahora que estoy mal no aparecen.

-  ¿Tan así?

- Sí, sólo dos me han llamado y el resto ni luces. Sólo mi familia ha estado conmigo, nadie más.

- ¿Estás afectada?

- Claro, uno contrata a un abogado y no sabe lo que puede pasar después.

INOCENTE

-¿Sabías lo de los narcos?

- No, para nada. O sino no lo hubiese contratado, no hubiese hablado con él. Me enteré por la prensa y quedé impactada.

- ¿Estás asustada?

-No, porque no tengo nada que ver con eso. Yo conversaba normalmente con él, así como lo hago contigo, entonces siempre las cosas se mal interpretan. Toda mi vida me ha pasado el mismo problema.

- ¿Y si te llaman a declarar?

- Por supuesto que voy no tengo nada que ocultar.

- ¿Qué relación tenías con tu abogado?

- Nunca pololeamos, pero sí hablábamos. Fue como un affaire, nunca mi pololo.

IMAGEN

- ¿Te va a afectar todo esto?

- Sí. De hecho, ahora voy a ver a todas las personas que están hablando mal de mí y voy a querellarme con cada una que hable cosas que no sean ciertas de mí.

- ¿Por qué?

- Porque siento que es fácil destruir a alguien sin saber lo que pasa y cómo fueron las cosas.

CANJE

Tu abogado te prestó un auto que era propiedad de los narcos...

- Yo no sabía. Me dijo que era de él. Se lo pedí prestado porque el auto rosado que tenía se me echó a perder, y me lo prestó, pero yo se lo arrendé y le pagué.

-  ¿Cuánto le pagaste?

- Fue un canje.

- Yaaa...

- Claro, él tenía un local, entonces canjeamos el auto por un show mío.

- ¿Nada más?

- No, nada más.

Alejandro Pavez V.