Una semanita y fracción lleva Rocío Marengo paseando por la tevé che a sus nuevas “niñas”. Tour de bubis que por estos días tiene fecha en Chilito, y cáchese la suertecita, porque la Marengo espera que las gemelas conozcan, en estas tierras, las manitos del amor.

“Fue un cambio que  necesitaba, hace mucho que venía pasando una etapa de cambio interno y dentro de eso, me hice el regalito de un cambio de lolas”, comenta “Ro” a La Cuarta a un par de horitas de aterrizar en Chile para la segunda temporada de Coliseo Romano de Mega.

- ¿Y cuánto más agrandaste el balcón corporal?

- Una talla más, es lo que tenía y un poquito más para el público.

-¿No has sufrido problemas de gravedad o aterrizajes forzosos?

- (Risas) Tengo mi balance que me evita irme para adelante. Estoy feliz, me encantan. No veo la hora de estar mostrándolas al aire. Tampoco saldré a las calles pero me encantan y fue un cambio increíble.

- Como podrás imaginarlo, los reyes de la casa agradecemos el tuneo.

- Claro, tengo toda una barra detrás que no quiero decepcionar.

- El conejito picarón de Playboy debe estar pelando la zanahoria para verte de nuevo.

- No lo descartaría, pero no sé si es el momento.  Cuando lo hice fue bien puntual, no es costumbre, pero no quiero decir nunca.  Igual creo que el público masculino merece un regocijo.

- Buen cariñito al ego te hiciste.

- Sí, más segura. Es un cambio que solo  las mujeres que se operan saben lo que te genera pasar por el quirófano por las lolas. Es una renovación de energía y sensualidad, una inyección de sexualidad que me dan las nuevas lolas.

- Me pusiste tembleque...

-Mis lolas nuevas me generan muchas fantasías, como volver a empezar. Todo es nuevo.

- Oye Rocío, ¿y “las niñas” ya conocieron las manitos del amorsh?

- No, están cero kilómetros.

- Acá podrían debutar. Tenemos guante blanco...

- Por supuesto, además que a Chile lo quiero tanto y me encantaría que uno de tus compatriotas las estrenara.