En un contexto harto diferente al de su primer concierto en Chile, Rod Stewart, el británico de 63 años que en 1989 realizó el primer mega evento en el retorno de la democracia, volvió a presentarse en nuestro país, esta vez en el estadio San Carlos de Apoquindo y con un público 99 por ciento peloláis.

Ante la barra pirula en pleno, que entendía toítas las canciones en inglés, el amante de las rucias de piernas largas cantó sus mayores éxitos en un espectáculo caracterizado por contar con la tecnología más pulenta. La cual, en todo caso, no pudo aportar ni para que los asistentes fueran puntuales (el brillo partió a las 21 y a las 22 seguían llegando) ni para que los apóstoles de la prensa pudieran trabajar sin ser acosados por los seguritos.