Pese a que había evitado referirse a su arresto y detención domiciliaria en Suiza, producto de la petición de extradición que solicitó Estados Unidos por el abuso de una menor que cometió hace 33 años, Roman Polanski decidió romper el silencio.

El afamado director de cine que pasó varios meses detenido en una mansión, aseguró en una entrevista a la televisión suiza, la cual será emitida hoy, que ante tanta tragedia que ha vivido en su vida, "creo que estoy hecho de un material más duro, conmigo podrían fabricar clavos".

Agregó que "estoy acostumbrado a la muerte, un poco como los cirujanos habituados a ver un vientre abierto, pero ahora estoy en un periodo en el que me da miedo cuando suena el teléfono y oigo la voz de la mujer de un amigo", aseguró.

En relación al caso de abuso sexual a la lola de 13 años que cometió en 1977, y que lo tuvo recluido en su casa en Suiza, confesó que "por supuesto que lo lamento, desde hace 33 años lo lamento".

Para cumplir el arresto domiciliario, Polanski tuvo que cancelar previamente una fianza de 3,7 millones de dólares.