En teatro no hay más que una regla de oro: impactar al público. Y vaya que lo logra Vivan Nuestros Poetas, del dramaturgo Ricardo Stuardo, con la dirección de José Andrés Peña y un elenco en el que destaca Violeta Vidaurre, una joya de las tablas chilenas.

Estrenada el 5 de julio y en cartelera hasta el 4 de agosto en el Teatro Antonio Varas, la puesta en escena es una forma especial de convertir la poesía en actuación, algo difícil de hacer y que se logró, según testimonios de quienes la han visto.

“Es la historia de una estudiante de literatura (Daniela Jofré) que quiere hacer una tesis sobre poetas bohemios y se entrevista con una antigua poeta (Violeta Vidaurre) que fue compañera de estos artistas”, cuenta Stuardo, quien agrega que “entre ellas va naciendo una relación especial, en que la anciana empieza a contarle cómo era la vida de esos creadores, pero no es una lata, no. Es entretenida, ya que hemos encontrado la forma de hacer teatro de la poesía, sin declamar, sin latear, sino que sorprendiendo”.

Por eso aparecen en escena dos fantasmas (Pablo Jerez y Mario Bustos), quienes reviven el pasado, se disfrazan y actúan a los poetas. Luego surge el amor entre la estudiante y el sobrino de la anciana (Jorge Cristi), y en una parte declara su amor con un poema al ritmo del hip-hop.

-¿No le parece, maestro, que no hay nada más alejado de la poesía que el hip-hop?

-Para nada. La poesía recurre a todas las formas para hacer sentir, para estremecer, que es lo que importa. Y la fusión del teatro con la poesía y la música, en este caso puntual del hip-hop, hacen que todo cumpla con el objetivo de comunicar, impactar al público.

-¿No es una obra que puede aburrir a gente que pueda querer el teatro, pero no la poesía?

-Por la recepción que ha tenido, puedo decir que les ha gustado a personas que son ajenas a la poesía. Ni han sentido las casi dos horas de la obra.

-Aparte del hip-hop, ¿tiene otro botón de muestra de la obra?

-El duelo entre dos monstruos de la poesía chilena: Pablo de Rokha versus Pablo Neruda. Un gran duelo, en que los fantasmas los personifican y, aparte de lo poético, recurre a las vivencias de ambos escritores, a lo humano, a lo divertido, a lo que atrae y humaniza a los poetas.

-Aparte de la aceptación del público, ¿qué más espera de la obra?

-Que desde la empresa privada surja un auspicio para que la obra siga en cartelera más allá de lo estipulado o que sea presentada en otros escenarios ante otros públicos, no sólo amantes del teatro y de la poesía, sino que a personas que quieran descubrir un mundo que entretiene, divierte, impacta y remece.

Mientras Vivan Nuestros Poetas se presenta, los que quieran verla y van en auto al Teatro Nacional, en la Sala Antonio Varas pueden guardarlo en el estacionamiento subterráneo de La Moneda entre las 18 y 22 horas por 2 mil pesos.