Toda celebridad que se preste de tal debe tener al menos un libro que cuente, con o sin consentimiento, su verdadera historia. En el plano local, Américo, Don Francisco, Cecilia Bolocco, Felipe Camiroaga, incluso el brujo Pedro Engel, tienen sus respectivas biografías, listado al que ahora se agregó María Eugenia Larraín Calderón.

"Rubia de los ojos celestes" se llama el texto reporteado y escrito por el periodista Sergio Marabolí que, en términos faranduleros, es una bomba que dejará varios heridos.

En 191 páginas, "la biografía no autorizada", como reza en la tapa del ejemplar (sale a la venta el 12 de octubre), se hace un relato cronológico de las vivencias de Kenita, desde que era una infante de pelo castaño, que estuvo tres días inconsciente a causa de una meningitis, hasta su actual vida de casada y madre de una niñita.

Es un recorrido por la vida privada, televisiva y sobre todo sentimental de la modelo. Con detalles inéditos de sus más famosos amoríos y quiebres. También se desmitifican romances que nunca fueron.

Pero vamos a lo que importa. ¿Cuál fue el verdadero amor de Kenita? ¿Por qué no se casó con Iván Zamorano? ¿Por qué se separó de Marcelo Ríos? ¿Qué pasó con Luis Miguel? Todas esas respuestas están en la obra y La Cuarta tuvo acceso a un adelanto exclusivo.

Irresistible

Una de las primeras papitas que se develan es el flechazo que tuvo con el cantante Enrique Iglesias. El español fue el primer famoso internacional que se prendó de los ojazos de la entonces promotora de cerveza, de 24 años, en una visita que hizo a Chile en 1997. El hijo de Julio Iglesias quiso ser más que su amigo y lo consiguió. Juntos gozaron de una linda estadía en Argentina y pasaron años comunicados a la distancia.

En el relato queda claro que María Eugenia es un imán para los hombres. Todos quedaban hipnotizados con su belleza, inteligencia y sentido del humor. Así le pasó a Felipe Camiroaga con quien era incondicional, conversaban mucho y se regalaban animales. Ella se gastó $5 millones en un caballo para el animador. Para el cumpleaños 31 de la ingeniera comercial, Felipe la sorprendió con un perrito bulldog inglés.

Kena también flechó a primera vista al tenista Carlos Moyá, Iván Zamorano, Marcelo "Chino" Ríos", al deseado Luis Miguel y otra amplia lista de figuras. Habrá que leerlo para saber.

Pero con tanto galán a sus pies, el amor le fue esquivo y sufrió como todas las mortales. Lo pasó pésimo con los hombres que quería amar para toda la vida. Su pololeo con Zamorano es narrado como un cuento de hadas, que luego se convirtió en un infierno de peleas y violencia, que acabó con ella diciéndole que no se casaban. El libro destapa: "Se ahogaba (Kenita) después de las peleas, las que empezaron a subir de tono: garabatos, insultos de cuarta categoría y empujones de parte de él comenzaron a transformarse en una constante en la relación Zamorano Larraín. Al menos eso aseguran los vecinos de la época".

Con el "Chino", su marido por cinco meses, se menciona que el alcoholismo del deportista fue una pesadilla para Larraín. Es más, se citan escándalos inimaginables que protagonizó Ríos, producto de su embriaguez.

Se asegura: "Los problemas comenzaron a manifestarse cuando Marcelo reincidió en el alcohol. Llevaba varios meses sin beber, con el pellet en el cuerpo y una vida completamente sana. Según quienes fueron cercanos al matrimonio, Jorge Ríos llegó una vez a la casa pidiendo champaña y le preguntó a su hijo si lo podía acompañar con un brindis, sabiendo perfectamente que -por prescripción médica- el ex jugador no debía".

O tú o ninguna

Luis Miguel la vio en un concierto que dio en Espacio Riesco en 2003, cuando ella aún era pareja de Iván, y no descansó hasta tenerla en sus brazos. En 2008 tuvieron su primera cita formal en Punta del Este, Uruguay. Esto fue lo que pasó: "Cerca de las tres de la mañana Luis Miguel y María Eugenia Larraín pasaron la noche juntos por primera vez. Una de las mejores amigas de Kenita reconoce que ella, sin dar detalles explícitos, alabó la capacidad amatoria del cantante, con quien estuvo esa jornada sin dormir hasta las nueve de la mañana".

Después de esa velada inolvidable vendrían miles. Con el astro mexicano la chilena mantuvo una aventura de años. Innumerables veces cruzó el mundo para juntarse con él y perderse disfrutando de vacaciones, por ejemplo, en Hong Kong (China). En Rubia de Ojos Celestes se dan detalles sabrosos de ello.

Las locuras con el "Sol de México" y otros galanes de renombre la hicieron muy feliz, pero pasaron al baúl de los recuerdos desde que -al fin- encontró el amor real y la estabilidad en el empresario argentino Sergio Ader. Sergio es su actual esposo y al igual que el resto de sus enamorados repitió la historia: cayó ante sus encantos apenas la vio. Con él ahora se le ve feliz y alejada de escándalos y demases.