Alain Soulat se reinventó lejos de la televisión

El animador, de pasos por "Yingo" y "Calle 7", condujo la versión del espacio de TVN en Paraguay, donde un desmayo en pantalla derivó en que se le diagnosticara una esclerosis múltiple. A dos años de esa experiencia, no encontró oportunidades en Chile y se refugió en Arauco para emprender.

Alain Soulat siempre quiso llegar a Santiago. A los 18 años dejó Arauco para asentarse en la capital. Su sueño, ser animador. Golpeó puertas, el éxito demoró, pero llegó. Estuvo en La Red, CHV, y su auge fue en "Calle 7" de TVN, programa del que emigró a su versión paraguaya.

Todo iba bien, pero en 2012 se le diagnosticó la temida esclerosis múltiple. En ese momento regresó a Chile, luego volvió a Paraguay, pero hace dos años fue el regreso definitivo. "Después que me enfermé no me llamaron más", recuerda.

- Alain, ¿en qué estás ahora?

- En un negocio familiar. Con mi mamá decidimos invertir la poca plata que gané en televisión en mi tierra y hace cuatro años tenemos un hostal.

- ¿Y alguna posibilidad de volver a los medios?

- No se ha dado, pero me tiene contento mi nueva vida, es dura, siento que esta es otra vida, como la de un superhéroe sin poderes.

- Pero estuviste en Paraguay, ¿qué pasó allá?

- Lo de Paraguay fue un año súper bueno, porque pude foguearme, conocer, pero pensé que con esa experiencia tendría una chance en Chile, no se dio, y tuve que dar vuelta la página rápido, reinventarme.

- ¿Sigues en contacto con tus compañeros de programa?

- No es que nos juntemos, pero con los que más hablo es con el Chico Camus, que está en Bolivia; el Pancho Rodríguez, Chapu, con la Maite, que está de diputada, pero si nos vemos habría mucha buena onda.

- ¿Volver al estilo "Mekano o "Rojo"?

- Quizás en un tiempo más, pero estamos todos un poco viejitos para competir. A mí me hubiese gustado hacer un Calle 7 a nivel regional, la gente aún recuerda, han pasado cinco años y el cariño se mantiene intacto.

- ¿Volverías a la televisión?

- No me cierro a que pase algo en la tele, pero esto es como el boxeo, cuando pasa mucho tiempo que no peleas, subirse al ring es más difícil.

- ¿Cómo estás de la enfermedad? ¿Has tenido complicaciones?

- No da señales que me vaya a tumbar, pero también está dentro de lo posible, en un momento voy a caer, pero quiero que me encuentre psicológicamente fuerte, no quiero pasar por la etapa depre de no querer pelear, quiero seguir combatiéndola, así me ha resultado. Si me dijeran que tomar pichí es la cura para esto, lo haré toda mi vida. Quiero vivir, pasarlo bien, me reinventé y doy gracias de lo que me enseñó la tele y esta enfermedad.

- Pero debiste tener miedo en algún momento.

- Da mucho susto al principio, uno no sabe a lo que se enfrenta. Se va a negro. No sabes qué mierda es la esclerosis múltiple, el susto te hace colapsar, por eso es bueno hablar con gente que tenga la enfermedad. Yo pido que nos ayudemos entre nosotros.

- ¿Sientes que ayudas a las personas a sobrellevar la enfermedad?

- Soy como una especie de embajador, la gente me escribe, me llama, me cuenta cuando alguien tiene esclerosis, creen que tengo todas las respuestas. En la parte médica no me meto, pero sí entrego ánimo, uno debe tener ganas de moverse, saber pedir ayuda, no esconderse en el miedo.

- Alguna historia que te ha tocado la fibra.

- Cuando me diagnosticaron, me visitó a la clínica una chica sin pedir nada y me explicó lo que iba a vivir con la esclerosis. Eso me ayuda a no olvidarme de pelear, a decir ¡vamos, que se puede!. Ayudo a todo quien tiene esto.

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