“Al principio, cuando me confirmaron que iba a entrar al programa, tuve una emoción súper grande”, recordó Ariel Wuth (29) sobre el momento en que se enteró que sería parte de Gran Hermano (CHV), encierro que arrancó a mediados de junio.

Sin embargo, “obviamente hubo un error grande de parte de todos, que fue ser primerizo en esto”, admitió a La Cuarta el segundo eliminado del reality, el mismo que protagonizó una disputa con Coni Capelli y lanzó algunos comentarios que no cayeron nada de bien en la audiencia; además, quiso instaurar unas dinámicas de diálogo que no gustaron a algunos participantes.

—Hago una autocrítica tremenda de que hablé cosas que no tenía que hablar; ese estilo que a la gente ya no le gustó y, producto de eso, creo que ya no hay posibilidad de entrar; aparte de que la gente no vaya a votar por mí, es porque la sanidad mental hoy en día es mucho más importante.

Mirando su vida fuera del encierro destaca que “gracias a Dios he tenido cositas que dejé de lado y las pude retomar”, lo que “ha servido bastante para potenciarme y estar viviendo de eso más que del programa; que en general hay mucho odio”, destaca, y añade un último palita a la audiencia.

—O sea, no hay ganas de reality…

—No, cero. Lo dije antes de que me dijeran que tenía que venir al repechaje. Me preguntaron si quería entrar. Mi respuesta principal fue no. Producto de esto mismo, de la exposición; mi mamá lo pasó mal y la familia en general. Entonces creo que tengo que pensar en ellos antes de mí. Ya pensé en mí y me equivoqué, así que hay que darle para adelante con otras cosas.

—¿A qué temas estás dedicado?

—Proyectitos, eventos en empresas y cositas bacanes a las que me dedicaba antes, y ahora las pude retomar. Obviamente el reality sirve como una vitrina importante, pero también hay mucho odio. La sociedad en general está con un odio predispuesto, o un favoritismo que en realidad no suma, sino que resta para ciertas personas. Y bueno, el juego es así. Yo lo perdí, pero hay que darle.

Las reflexiones de Ariel

Recientemente, los participantes del encierro eligieron a cinco excompetidores que podrán regresar al programa. Y ahora viene última instancia de repechaje, en la cual el público deberá votar por “Bambino” Altamirano, Lucas Crespo, Vivi Acevedo, Trini Cerda, Skarleth Labra o el propio Ariel.

—¿Y si, por alguna razón, llegaras a ser votado por la gente?

—Es que es más fácil conocer al viejo Pascuero a que me voten a mí, jajaja, pero en realidad no creo. Si volviera a entrar, obviamente ya sería otro cuento. Entraría con un conocimiento distinto y con las cosas mucho más claras, si salí hace un año del programa, jaja. Pero no. Lo veo casi imposible y (estoy) feliz por mis compañeros, que sé que tienen las ganas y la posibilidad hasta de ganar el programa.

—¿Pero qué autocrítica puedes hacer, considerando que uno muchas veces no puede controlar cómo el público reacciona?

—Es que hoy en día tú dices “sí”, la gente te critica; dices “no”, la gente te critica. Estoy claro que mantener al público contento es muy difícil, es muy complejo. Más que autocrítica, todos vieron las conversaciones, está todo grabado. Las faltas de respeto creo que fueron de parte de todos. Y más que una autocrítica es como un aprendizaje de decir: hay que mantener la boca más cerrada que abierta adentro. Y querer agradar creo que fue un error. Tengo esa personalidad de querer acercarme a todos y tratar de mantener una unión. Claramente se me juzgó, pero hay muchas cosas. O sea, por ejemplo, al principio yo decía: “Oye, hagamos una cara a cara para que las cosas se conversen”, y me trataron de que quería separar la casa y de saco de hueas. Ahora la gente espera el cara a cara. Pero es parte de…

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