"Bailando por un sueño": Farándula, luces y pirotecnia

Los competidores: elegidos con pinzas. Todos con bagaje en pantalla y elementos atractivos mediáticamente. Nadie podría decir que Daniella Chávez, la reina de las Redes Sociales, no es una figura que acapara la atención; lo mismo que Ignacio Lastra y el controvertido Leo Méndez, por nombrar algunos.

Con una gran puesta en escena de luces, música y pirotecnia audiovisual, Canal 13 lanzó su carta de triunfo para el 2020: "Bailando por un sueño". El esperado debut fue al aire un día después de la jornada de cierre del Festival de Viña, una movida estratégica que aseguraba una pantalla caliente y, de paso, puntos de rating.

El excanal católico trabajó durante meses en este proyecto. Nada quedó al azar, desde la obertura –gag a cargo de Stefan Kramer- hasta un desplante coreográfico de primerísimo nivel, de la mejor factura técnica que hemos visto durante los últimos años.

Los competidores: elegidos con pinzas. Todos con bagaje en pantalla y elementos atractivos mediáticamente. Nadie podría decir que Daniella Chávez, la reina de las Redes Sociales, no es una figura que acapara la atención; lo mismo que Ignacio Lastra y el controvertido Leo Méndez, por nombrar algunos.

El jurado

Los puntos cuestionables, principalmente en Redes Sociales, llegaron con la presentación del jurado. ¿Por qué una animadora de TV debe saber de técnica de danza? Esa es la gran pregunta al momento de analizar la presencia de Carolina de Moras y Francisca García Huidobro. Un caso similar al de Raquel Argandoña. La única que se salvó fue Karen Connoly, quien está a cargo del BAR (Bailando Assistant Referee) del programa.

La polémica no es nueva. Ya en tiempos de "Cuánto vale el show" se cuestionaba a Enrique Lafourcade por criticar a bailarines y cantantes, siendo escritor.

En el otro extremo aparece Aníbal Pachano, el impacable argentino que fue importado de la versión trasandina de "Bailando...". Con un look entre Dimondo y Gonzalo Cáceres, el bailarín y coreógrafo da cancha, tiro y lado a sus colegas.

Más que los movimientos de los famosos, el programa apela a la vida de quienes participan. La interacción con los jurados es la base de un espacio que allende Los Andes se introduce de lleno en la farándula como soporte. En Chile, recién vemos la punta de iceberg de lo que será este trasatlántico de la TV que llegó a nuestras pantallas para quedarse un largo tiempo.

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