Conversamos con Gabriel Osorio, director del primer largometraje de la productora que ganó el primer Oscar para Chile sobre los desafíos de crear una historia mucho más compleja a nivel técnico, dramático y que logre impactar, desde Chile de la misma manera que lo hizo el premiado corto.
Desde que se convirtió en la primera productora en traer un Oscar para Chile, los sueños de Punkrobot no han parado de crecer. Desde aquella recordada noche de febrero de 2016, la compañía ha destacado a nivel internacional realizando un corto para la serie Star Wars Visions y recientemente lanzó una nueva serie animada llamada Wow Lisa.
Pero ahora, se encuentran realizando su desafío más ambicioso hasta la fecha: la realización de su primer largometraje. “Después de haber hecho más de mil minutos de animación, hacer 90 no debe ser tanto más difícil” dice Gabriel Osorio, co-fundador de Punkrobot y director de Brave Cat, la película que está ambientada en el mismo mundo de La Historia de un Oso pero que ahora muestra la aventura de un gato que sale en búsqueda de su madre.
Pero lo cierto es que desde un comienzo se dieron cuenta que con el minutaje no bastaba, ya que una película involucra crear una narrativa que debe cautivar por más tiempo y a la vez ser vibrante visualmente. “Desde el comienzo del guión nos fuimos dando cuenta que el arco es muy distinto al de una serie. Como es una historia de aventura, tratamos de no limitarnos desde la escritura y con ello han salido muchas escenas que son de una escala mucho mayor a lo que hemos hecho para cualquier serie”, confiesa Osorio. De pronto el equipo se vio en el desafío de tener que crear escenas con glaciares gigantes, crear un océano, un barco con agua salpicando por todas partes y personajes que se vean lo más orgánicos posibles, cuando están en un ambiente 3D.
“No quisimos limitarnos, pero eso significó que los tiempos de render y toda la parte técnica se disparó a niveles que solo para el proyecto de Star Wars había llegado a ese nivel, pero lo de Star Wars eran 18 minutos, así que estamos sufriendo pero está quedando super bonito y felices por cómo está quedando”

Y justamente en ese momento de complejidad en el trabajo es que HP llegó con una oferta difícil de rechazar: ofreció unos equipos para que probaran antes de salir al mercado pensados justamente cargas de trabajo como las de trabajar en una cinta de estas características. Hablamos del HP Z2 Mini G1a, considerada como la mini workstation más potente del mundo.
Se trata de un equipo que en un chasis pequeño de 20 centímetros de alto y solo 2,3 kg de peso, incorpora un procesador AMD Ryzen AI Max Pro y lo más importante, hasta 128 GB de memoria unificada, con 96 GB asignables a la GPU, que es justo lo que necesita un estudio como el de Punkrobot para poder animar y hacer render de forma simultánea.
“La llegada de estos equipos nos hizo pensar que hacer este tipo de animaciones más ambiciosas son posibles dentro de Latinoamérica, ya existe la capacidad de cómputo para no depender del extranjero, así que seguimos trabajando a full para poder lograr la meta de sacar la película ojalá el próximo año”
Pero ¿Y de qué trata Brave Cat?
La aproximación que tuvo Punkrobot con la película a nivel de su guión también fue un desafío, ya que buscaban por un lado seguir contando una historia que continuara en la línea de “La Historia de un Oso”, pero sin que fuera más de lo mismo.
“De partida no queríamos hacer solo una versión extendida, porque no tiene sentido alargar un corto de 10 minutos a una película de 90 y tampoco queríamos aprovecharnos de un corto que amamos con todo el corazón, pero que queríamos dejar tranquilo. Pero finalmente llegamos a entender que lo importante del corto es su mensaje sobre los Derechos Humanos y eso es lo que tienen en común estas dos obras”.
Así es como dentro de la cinta podremos encontrarnos con el personaje del oso pero con un rol secundario, como una suerte de mentor pero ya no es su historia, la que decidimos dejar en paz.
¿Entonces, como dieron con el nuevo protagonista?
“Al final nos dimos cuenta que era super simple cómo mantener el mensaje desde una perspectiva nueva: mientras en Historia de un Oso el objetivo era contar la historia de un exiliado, que en este caso es la experiencia que me contó mi abuelo, ahora tomamos la misma idea pero desde el otro lado de la moneda, que es la experiencia de la persona que queda y que está buscando a su ser querido, que haciendo el paralelo con el Golpe de Estado, es la gente que quedó en Chile”
De todas formas, Gabriel Osorio asegura que la idea es tratar temáticas universales, que están ocurriendo hoy en día, como en países como Estados Unidos donde las políticas de migración también están separando familias y seres queridos. “Al final son historias que son universales y que siendo que es más importante que nunca hablar de los derechos humanos”.
No ser como Pixar
En los últimos años, la animación en general ha experimentado un giro desde que estudios grandes como Pixar e Illumination implementaron un estándar de películas de altísimo nivel de calidad visual, pero por lo mismo de muy alto costo. Sin embargo, obras como la misma Historia de un Oso, Spider-Verse e incluso Flow, la ganadora del Oscar a mejor película animada de este año, que fue hecha en Lituania con software de código abierto.
Y es que hoy más que la calidad misma de la animación, lo que se premia por el público es también la propuesta artística y estética que muchas veces se resuelve más con creatividad que con dinero.
“Lo mejor que está pasando en esta época es la democratización de la animación. Cuando veías Historia de un Oso en su época, notabas que era de una calidad menor que lo que proponía cualquier estudio grande en Hollywood. Y nuestra película, bajo su propia estética no tiene nada que envidiarle a nadie. Nosotros no queremos tratar de hacer lo que hace Disney o lo que hace Pixar, sino que crear nuestra propia estética e identidad, que es que todo se vea hecho a mano”.
Y si se ve así es porque gran parte del proceso parte desde la artesanía. “Muchas de las cosas que hacemos las hacemos a mano, con cartón, papel y lápiz, que luego escaneamos, mejoramos con el software 3D y le damos vida a un universo propio, que no compite con lo que uno está acostumbrado y que genera una identidad que consideramos es parte de Latinoamérica”.
Hoy el equipo trabaja a toda velocidad, incluyendo gente de Coyhaique a distancia para lograr la ansiada meta del largometraje. Por ahora, podemos ver un adelanto de lo que hay en su trailer, pero si todo sale bien ya el próximo año se podrá ir al cine para ver cómo cobra vida el mundo que combina la artesanía y lo digital de Punkrobot.