Martín Konga y Luis Álvarez llevan más de 30 años de carrera haciendo humor en las calles de Buenos Aires. Con distintos formatos y rutinas que han ido mutando, el dúo se ha convertido en un referente del humor callejero de Argentina. ¿Su nombre? Cirko Marisko.

Pero la llegada de las redes sociales hizo que su arte traspasara las fronteras y comenzara a ser conocido ya no solo en su país sino que en el resto del mundo.

En particular su rutina de “Risa sin Palabras” se ha convertido en un sello que les ha entregado millones de reproducciones en YouTube, miles de seguidores en redes sociales y también una oportunidad que quizás nunca imaginaron: poder llegar a ser un número cómico para el próximo Festival de Viña.

Esto porque Cirko Marisko es uno de los participantes de Coliseo, el programa de Mega que busca encontrar a un número de humor para el próximo Festival a través de una serie de presentaciones analizadas por un exigente jurado.

Cirko Marisko fue uno de los grupos que apareció en el debut del programa el pasado sábado 27 de septiembre y rápidamente se convirtió no solo en uno de los favoritos del jurado, sino que del público que ya ha reproducido casi un millón de veces su rutina. Tras el paso a la siguiente ronda, conversamos con Martín y Lucas sobre el origen de su humor, su conexión con Chile y la posibilidad de pasar de las calles de Buenos Aires al escenario más importante de Latinoamérica.

Antes de venir a Coliseo ¿Que relación habían tenido con el humor en Chile?

Martín Konga: Lo primero que yo recuerde que conocí de Chile fue un humorista que estaba trabajando en la calle y lo conocimos cuando empezamos nosotros, que es Luis Flores, (apodado “El Chileno” en el país trasandino). Y también tuve algunas apreciaciones de lo que era el grupo Dinamita Show, pero muy por encima

No soy un investigador del humor chileno, incluso lo que nosotros hacemos es algo que se fue dando con el tiempo. Nosotros no empezamos a hacer esto con una fórmula previa, sino que fuimos descubriendo el camino y ahí nos fuimos posicionando y ahora que tenemos algo más formado podemos decir que sí, que formamos parte ahora de todo este mundo de arte urbano.

Lucas Álvarez: En lo personal yo me vi influenciado sin saber que eran códigos del humor callejero chileno. Por ejemplo en la estructura de los momentos en el que se se pedía la gorra y cómo se pedía la gorra.

Nosotros con Cirko Marisko apelamos más a la honestidad que hayan visto un buen show que a la culpa que le podamos generar al público por no colaborar.

Pero la estructura de los momentos en los que tiene que pasar cada cosa en la rutina yo solo lo había aprendido del payaso Chacovachi y del chileno Luis Álvarez.

Con el auge del stand-up comedy, al menos en Chile, el humor callejero que alguna vez estuvo en el peak ha ido desapareciendo de los medios ¿Cómo han mantenido su forma de hacer humor en estos tiempos?

Martín Konga: Nosotros en realidad estamos un poco ajenos a lo que es el mundo del stand-up. Sí lo consumimos como entretenimiento, como lo hace mucha gente, pero a nosotros nos gusta mantenernos fieles a nuestro estilo y a lo que nosotros también nos gusta.

A nosotros nos gusta hacer el show en vivo y mostrar los contrapuntos que se generan entre Lucas y yo. Es ahí donde ponemos lo que sabemos hacer.

Nosotros recién estamos tomandole el peso ahora a lo que nos dicen que en Chile la escena es de mucho stand-up y lo de nosotros se parece a la vieja escuela, pero nosotros siempre nos mantuvimos ahí.

De todas formas Lucas también hace stand-up, pero cuando hacemos Cirko Marisko, la gracia está en lo que se genera entre el y yo, que es bien orgánico, son cosas que podrían pasar en una reunión con amigos y que tomamos, las llevamos al show y le damos forma de espectáculo. Nosotros nos dimos cuenta que lo que hacemos le gusta a la gente en vez de ponernos a pensar que es lo que le gusta a la gente.

Lucas Álvarez: Hay que recordar que si bien ahora ustedes están viendo el show como un dúo, esto es en lo que se ha convertido en el último tiempo. Hemos llegado a ser 7, 8 artistas con banda en vivo, 3 bailarines.

Entonces la coincidencia que hay ahora entre el dúo cómico que hay ahora con la historia que ha tenido Chile con sus dúos tiene que ver con un proceso orgánico de Cirko Marisko. En ningún momento dijimos “tengo una idea, vamos a ser dos y así nos parecemos a otros”. No, fue una cosa orgánica y necesaria porque hay gente que no quiso seguir y ya está.

Y con respecto al stand-up, nosotros también tenemos algo como una suerte de actualización para un público. ¿Te gusta el stand-up? Bueno, tenemos stand-up. Pero no somos stand-up. Es una parte por donde pasa el espectáculo pero no nos caracterizamos por eso.

¿Cómo han vivido el recibimiento del público chileno a su rutina en Coliseo? ¿Cómo van visto el impacto en redes sociales?

Martín Konga: Nosotros también quedamos sorprendidos por el recibimiento. Cuando fuimos a grabar hace una semana y en el momento que sentimos risas en el estudio eso no dio mucha seguridad, con el primer aplauso ya sentimos el apoyo y eso fue muy importante para la presentación.

Pero después de la emisión del programa, todo explotó aun más y después de tres días nuestras redes ya estaban creciendo particularmente de usuarios chilenos. Hablamos de 40 mil seguidores en Instagram y Facebook, nos llegó una notificación en TikTok de que en 24 horas sumamos más de 35 mil seguidores.

Eso es algo que estamos como medio flasheados como decimos acá y recibiendo los comentarios y el cariño de Chile y más allá de lo que significa este programa, que nos tomamos muy en serio, más allá del resultado nosotros ya sabemos que podemos ir a Chile a hacer shows porque la gente nos quiere.

Lucas Álvarez: Más allá de que llevamos haciendo este número durante mucho tiempo y lo venimos puliendo, nosotros no ensayamos.

No tenemos horas de ensayo, lo que ustedes ven es el resultado de horas y horas en escena. Tenemos una gran capacidad de improvisación y eso hace que se vea fresco. Entonces, lo que funciona queda, si nos acordamos.

Y nosotros seguimos siendo artistas de tracción a sangre, nosotros bogamos por el show en vivo, por la experiencia viva. Nosotros apoyamos a las tecnologías que nos hacen llegar a la gente que no nos conoce, pero la idea es que siempre nos puedan ir a ver.

Finalmente ¿Qué les parece la posibilidad de poder llegar al Festival de Viña?

Martín Konga: Obviamente sería algo espectacular porque realmente nosotros venimos de la calle, somos un grupo que se gestó en la calle, que estuvo en las plazas de Buenos Aires en verano, en invierno, con todo clima.

Y si bien personalmente nunca se me cruzó el anhelo de llegar a Viña, ahora que estamos en este transcurso, que es un camino que va hacia allá, ya empiezo a tomarlo con mucho más entusiamo, y a decir guau, ¿cómo será si llega ese momento? ¿Estaremos a la altura?

Esas son las preguntas que tenemos y si se llega a dar, queremos poder llenar las expectativas de quienes están al otro lado que son los más importantes, si no pregúntenle a George Harris.

Lucas Álvarez: A mi me pasa lo mismo. Al principio queríamos abrir el panorama. Conocer a la gente de Chile, que nos conocieran a nosotros, pero no nos imaginábamos una posibilidad real.

Si nos ponemos a pensar en esto, claro, es muy intimidante, pero también nos motiva le hecho de que para triunfar no hay que ir a Oklahoma, sino que podemos llegar a todos los rincones de Latinoamérica y contar con una vitrina así a 2 horas en avión de nuestro país es algo importante.

Y personalmente, mi papá fue percusionista de un grupo que se llama Katunga que tocó en Viña del Mar, así que en el linaje artístico para mi sería continuar con el legado.