“¿Situación actual?“, le preguntó Pamela Díaz a Fernando Solabarrieta sobre su presente amoroso, a lo que él le contestó que ”casado", en alusión a su unión con Ivette Vergara, la que se había visto fracturada por su crisis con el alcohol, pero hace unos meses volvió a vivir a su casa en medio de su rehabilitación.

“Felizmente casado... lo ‘felizmente’ que uno puede cuando está casado”, aclaró entre risas el periodista deportivo en entrevista para un nuevo capítulo de Sin Editar para YouTube. “Voy para las bodas de plata, estamos en 24 años y medio, en enero cumplimos 25; y de relación, como 30 años”, detalló.

“Los veo bien”, comentó “La Fiera” sobre la pareja, y mencionó que estuvo con Vergara en junio pasado para otro capítulo de Sin editar: “Cuando entrevisté a la cabezona me reí harto... ¡está estupenda la maldita!“.

¿Ivette en su mejor momento?

“¡Está mejor que antes!“, destacó Pamela en alusión al estado físico de la comunicadora de 53 años.

“Yo la conocí cuando tenía 23 o 24 años, y hoy está mejor”, reconoció Solabarrieta, quien luego sinceró: “A mí tú sabes que no me gustan las mujeres jóvenes, o sea, las encuentro bonitas pero no me provocan tanto como una mujer mayor: cuando pasan cierta edad, y se mantienen bien, son muchísimo más interesantes... bueno, Ivette está en eso”.

“La cagó, impresionante”, destacó él sobre el estado físico de ella. Eso sí, “ahora lo voy a decir públicamente, pero se lo he dicho personalmente: está muy flaca”.

Frente a esa confesión, Díaz no se mostró de entrada de acuerdo y él analizó: “Ella está feliz... y tú igual, las mujeres igual; les encanta estar flacas, ¡lo mejor que le puede pasar a una mujer es estar flaca!“.

“Pero a los hombres nos gustan las mujeres que tengan cuervas”, admitió. “Pero si tiene así un poto”, contraatacó Díaz, quien abrió sus manos para graficar un gran tamaño.

“Pero antes lo tenía un poquito más grande”, opinó un sonriente Solabarrieta. “A mí me gusta más grande”. Y luego comentó que “está jugando volley todos los días (...) Me parece que se le pasó un poquito la mano, le falta un poco de caldo a la cazuela”.

Ya más en serio, Solabarrieta sinceró que “Ivette es la mujer de mi vida, no tengo duda (...) Nos podemos pelear y enojar; y es más, yo estuve fuera de mi casa, y lo he contado, en dos periodos distintos, entre tres y cuatro meses”.

Ahora, ya retornado y en rehabilitación, el comunicador analizó: “He vuelto, y ahora puede ser que haya una discusión o pelea, pero sabes que finalmente, aunque no estuviéramos juntos, ella es mi mujer, o sea, la mujer de mi vida, más allá de lo que pueda pasar; de eso no tengo ni una duda”.

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