“He tenido ese cuidado”: Don Carter repasa sus 50 años de comedia, adelanta nuevo show sin censura y da revelador dato que lo “salvó” en su carrera

Don Carter tendrá una nutrida agenda de show en los próximos meses. Ahora, se tomó un minuto para hablar de todo con La Cuarta.
Don Carter tendrá una nutrida agenda de show en los próximos meses. Ahora, se tomó un minuto para hablar de todo con La Cuarta.

Comediante se sinceró en una íntima charla con La Cuarta, donde apuntó a un detalle clave relacionado con su vida sobre los escenarios.

A pesar de que no se identifica como “humorista”, sino como actor, Don Carter se convirtió en los últimos años en todo un fenómeno a la hora de hacer reír, sobre todo con sus chistes al límite y sin censura.

Juan Antonio Alcayaga, nombre real del comediante, acumula 50 años de carrera como artista, donde ha pasado por todos los formatos. Eso sí, agarró mayor notorierdad por su inolvidable personaje en El Mundo del Profesor Rossa, en la década de los 90.

Sin embargo, su leyenda se acrecentó cuando se viralizó en 2002 el famoso “video prohibido”, considerado el “primer viral” de Chile, y en el que aparecen tirando una batería de chistes subidos de tono junto Iván Arenas y Guru Guru.

Y ahora, a 23 años de todo ese suceso, Don Carter se tomó unos minutos para hablar de todo con La Cuarta. Por ejemplo, adelantó lo que será el show que realizará este jueves 24 de abril en el Gran Refugio de Mallplaza Egaña, donde realizará dos funciones -19:30 y 22:30 horas-.

“Voy sin censura. Aquí no hay un Gran Canciller en el Gran Refugio. Así que la gente que vaya lo va a pasar muy bien. Ya tuvimos un show ahí, tuvimos función a teatro lleno. Y quedó gente afuera llamando y pidiendo entrar, así que decidimos hacer otra función. Y la gente lo pasa bien, le garantizo risas. Y que lleven aguas bendita para los oídos por si acaso, los más delicados”, avisó.

Además, contó algunos detalles particulares de cómo será su show. “Es un poco lo que hacíamos en Mentiras Verdaderas. Contar chistes. Lo mío es… de repente me catalogan dentro del rango de los humoristas. La verdad que yo soy un comediante que cuenta chistes, porque el humorista siempre te prepara una cosa así para llegar a los chistes. Yo no, voy variando los chistes. Puedo contarte un chiste de monja, después uno de un chofer, después el otro de un niño. Y de repente abro el show y converso con la gente también. Es todo muy relajado y, evidentemente, los chistes son absolutamente en doble sentido.

- Me imagino que tiene sus tallas clásicas que cuenta siempre y que sabe que van a pegar…

- Claro. Hay algunos chistes que uno sabe que son caballitos de batalla, pero me pasa que, al igual que en el caso de los cantantes, la gente me pide chistes que andan dando vueltas y que ya han escuchado. Entonces, me dice ‘le faltó el de la clarehueva’, ‘le faltó este otro’. Y uno dice, bueno, ya están repetidos, pero la gente quiere escucharlos de nuevo y se ríe igual. Entonces ocurre ese fenómeno. Y, claro, el chileno en general es cochino y ya tenemos sucia la oreja y así que... No reímos más con este tipo de cosas.

- ¿Qué le parece que sus colegas comediantes lo menciones en sus presentaciones? En el Festival de Viña Edo Caroe lo mencionó este año, por ejemplo.

- Es súper agradable para uno que le reconozcan algunos méritos. Porque muchos de ellos, la mayoría, me veían de cabros chicos. Entonces puede ser porque les llaman la atención que yo siempre he hecho comedia, por los chistes sin censura, que fue bien potente esa parte. Y han sido muy generosos conmigo porque siempre me destacan desde ese punto y no solo los de Viña, muchos standuperos que andan dando vueltas por ahí también, tiran su talla y la gente lo recibe muy bien también. Entonces es un honor que tus compañeros, tus pares, a uno lo destaquen.

- ¿Y usted se ve en el Festival de Viña?

- Yo he estado dos veces ya en el Festival de Olmué, pero el Festival de Viña no. Ahí sí que yo no me expongo. Te digo sinceramente, lo tengo bien claro, porque es otro tipo de público, no es mi nicho. Y además tú compartes escenario con varios artistas que no hacen lo mismo. En cambio, yo cuando estoy en un restobar, la gente va a verme a mí, compró una entrada para verme a mí, sabe lo que yo hago. Aquí no, entonces es un público muy, aparte de transversal, es muy familiar algunas veces y depende mucho el día que te toque, con qué otros artistas estarás

- Mejor no arriesgarse…

- Yo siempre tengo un cuidado. Además que yo no necesito… a lo mejor si fuera más joven, me arriesgo para abrirme camino. Me puede ir bien o mal, pero me la juego. Pero yo no necesito notarme. Yo creo que me haría más mal que bien el Festival de Viña. Yo creo que me pifiarían. Todo el mundo dice, ‘no, a ti no te van a pifiar’, ‘no, eres infunable, la gente te quiere’. Es verdad, pero yo también tengo que tener claro que hay detractores de uno.

- ¿Cuál cree que ha sido la clave de su éxito y que lo ha llevado a permanecer tantos años sobre el escenario?

- A mí me salva que yo nunca, y eso es fuerte en el Festival de Viña, yo nunca he hecho chistes políticos. Entonces, independientemente del lado que estés, siempre va a haber el otro lado. Por lo menos, con eso yo lo paso piola, porque no, no tengo nada político. Incluso me cuido. Las veces que me han teloneado he pedido, por favor, nada político.

- ¿Cómo le afectó el cambio que hubo con el humor? Usted siempre ha sido sin censura… ¿le costó adaptarse?

- Cuando yo empecé en el chiste, empecé altiro descalibrado. No empecé de a poquito. Al p... se le decía p..., no pilín, ni corneta, ni nada. Entonces, tuvimos la suerte que estuvimos en un espacio en que no nos coartaban tampoco, pero sí, el humor cambió, antes nosotros no éramos tan delicados, eran más permisivos, quizás. Yo siempre digo en mi show, las epidemias están demasiadas delgadas, entonces hemos llegado al extremo también. Entonces, antes nos reíamos de la suegra, de los gangosos, de los guatones, de los maricones, y no pasaba nada, de hecho, yo trabajé harto tiempo en Canal 13, y ahí estaban unos grupos de humoristas, y cada uno tenía su homosexual, exagerado, por supuesto, y no pasaba nada. No pasaba nada, en el Japenning también hubo dos peluqueros, qué sé yo. Ahora eso no te lo compra nadie.

- Hay que adecuarse a los tiempos…

- La idea es no pasar a llevar a otras personas, ni menoscabarlo. La tolerancia también tiene su límite. No te podís llegar y pasar. Esos límites he tratado de ponérmelos yo, porque la mayoría de los chistes, además, son bien misóginos, bien tirado en contra de las mujeres. Entonces, siempre, la mayoría de los chistes cochinos, el hombre queda re bien parado. Parado dije, no erecto -ríe-. Entonces, claro, uno también tiene que igual un poquito limpiar y preocuparse de eso, y no llegar a la ofensa.

- Tuvo que irse con calma entonces para no pasarse para la punta…

- Sí. Ahora, yo tengo claro que la peor censura es la auto-censura, porque uno siempre se va al extremo. Pero sí, hay que tenerla, hay que tenerla, porque en este minuto, es así, la sociedad es más tolerante, pero también más delicada, es una de esas cosas, ese contrapunto que uno no entiende, de repente.

- ¿Y lo han censurado en alguna parte que le haya tocado presentarse?

- No, nunca, fíjate, nunca. Especialmente, por eso te digo... yo voy a la segura en los restobar porque la gente sabe lo que hago, compró la entrada, e incluso, mira, hace poco estuve en un programa de televisión, y leí a algunas personas: ‘oye, estuvo blanco Don Carter’. Esperaban que fuera más allá. Entonces, claro, uno se tiene que adecuar también... si me invitan a la Sofofa, por supuesto, que voy a contar otro tipo de chistes, pero generalmente, no, no me han coartado nunca.

- ¿Y qué pasa en los festivales masivos?

- Cuando tú vas a los festivales, ahí sí, uno entra con las reglas del juego, y te revisan el libreto, y te dicen ‘esto sí, esto no’. Pero ahí queda establecido, pero nunca que se desdibuje lo que tú haces. Eso, nunca. Pero no, no me han censurado.

- Oiga, cuente un poco cómo se dio la polémica con la Universidad Católica de Temuco y el show que le bajaron..

- Eso nos llamó la atención por lo imprevisto, porque ya yo había estado en octubre del año pasado haciendo un show, hicimos repleto, y decidimos con el productor hacer otro show ahí mismo, y se consiguió lo mismo, se habló todo, teníamos fecha, la ticketera empezó a vender los tickets y toda la cosa. Y de repente nos comunican que el Gran Canciller hizo valer una carta que había mandado, que este tipo de espectáculo no se podían hacer, y nos cambiaron la fecha. Entonces nosotros, no pescándonos desde el lado punta de la censura, porque nunca lo fue, sino que desde el punto de vista de que el público había comprado ya entradas, entonces tuvimos que hacer un video en el que decíamos, ‘señores, digan ustedes si quieren esperar hasta que les demos un nuevo lugar, o la ticketera les va a devolver la plata’. Y ahí, por ese lado, se supo que se había cancelado el show, pero mucha gente lo malinterpretó como censura, porque censura, para mí, es como lo que te decía recién, usted ‘no haga esto, no haga esto otro’.

- Igual me imagino que ha bromeado harto con el tema en sus presentaciones....

- Lo he agarrado para el hueveo en todos los shows, es cierto, y me da risa, porque, la gente los hizo arar en las redes sociales. A lo mejor informaron mal a este señor, o realmente es cartucho. A estas alturas, hacer esto, te digo, es un poquito ir en contra del libre albedrío que tenemos. Ahora tú puedes decir todo, siempre que no ofenda a alguien, y en este caso, no solo cagué yo, cagaron otros compañeros también -El show que no se pudo hacer ahora se reprogramó para el 27 de septiembre en el Dreams de Temuco.

- ¿Cree que tuviera cabida en TV ese humor sin censura hoy en día en la televisión?

- Sí. Yo creo que tendría, siempre y cuando, fuéramos los mismos. O sea, tendría que estar Eduardo Fuentes, El Profe, los habituales. Esa es una añonanza que tiene el público de que volvamos. Ahora, si vuelve el esquema con nueva gente a lo mejor le va a costar un poquitito más porque la gente también es reacia. Dicen, ‘no, ¿y de dónde? Si eran mejor los otros’. Y a lo mejor no es así. Pero yo creo que si reeditaramos los mismos viejos de ese tiempo, que no creo que suceda. Muchas veces nos dicen, ¿el Profesor Rossa volvería?‘. El programa del Profesor Rossa... y no tiene nada que hacer. Primero, en el cable hay miles de programas infantiles buenísimos. Y si quieres saber de los animales, hay miles de programas buenísimos con muy buena calidad de imagen. Entonces, nosotros no tendríamos nada que hacer. Quizás volver La Mansión Rossa. El cochineo ahí, pescando los personajes y trasladándolos. Pero sí, yo creo que hay cabida para el humor. La gente anda buscando humor. De hecho, en todos los festivales el humor es el peak de la noche. Independientemente de la calidad de los que salgan.

- Se viene también su show por los 50 años de carrera, ¿qué nos puede adelantar sobre eso?

- Ahí estamos con algunos invitados que van a ser sorpresa y que me van a acompañar esa noche. Y, por supuesto, va a ser un show especial. Y es como un anuario, cuando uno saca lo mejor del año. Y yo quiero ahí sintetizar un poco con mis amigos que me acompañan y más las cosas que he hecho yo, y alguna que otra sorpresita. La idea es que la gente lo pase bien. Y va a ser un poquito más larga duración de un show normal. Las entradas ya se están vendiendo en PuntoTicket para el show del 25 de octubre -será en el Teatro Caopulicán-.

- Y se viene una gira en el extranjero también…

- Se viene un viaje a Europa ahora en mayo. Ahí vamos a ir a París, Berlín, Londres, Dublín, Lisboa, Madrid, Barcelona. Y el Vaticano, muy probable. Me quieren ene en el Vaticano. En una de esas llego -ríe-.

- Y va con la misma rutina a todos estos países, ¿No?

- Sí, es que la gente que está... mira, el hecho es que se suba un compadre que habla igual que ellos, ya para ellos es emocionante. Estuvimos el año pasado en Suecia y en Noruega, y fue una muy bonita experiencia. y ahora vamos a hacer patria por allá.

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