El animador de TVN hace un balance del programa, habla de su relación con los participantes y revela quién será el cuarto jurado en la final.
Cuando “Mi nombre es” llegó al prime de TVN en julio del año pasado, la sintonía en ese horario solía ubicarlo en cuarto lugar, pero el programa de imitadores cambió eso.
El espacio conducido por Jean Phillipe Cretton se convirtió en un arma fuerte del canal público, que poco a poco fue subiendo en rating, hasta instalarse en el listado de lo más visto del día, de Kantar Ibope.
Sin ir más lejos, este miércoles “Mi nombre es” se convirtió en el quinto programa más visto del día. Entre las 22.48 y 01.20 horas, TVN lideró la sintonía con un rating promedio de 8.7 puntos y un peak de 11.9 puntos, mientras su competencia en Canal 13 marcó 7.4 puntos, CHV 3.6 puntos y Mega 8.6 puntos.
Este jueves, en tanto, el programa vivirá su gran final, donde en vivo y en directo se enfrentará Juan Cáceres imitador de Engelbert Humperdinck; Brahiron Chávez quien tributa a Luis Miguel; Christian Tolozza como David Bowie; Danilo Olmos, quien interpreta a Robert Plant e Ignacio Jerez, quien tributa a Raphael.
Para Cretton, por su parte, el programa ha sido toda una experiencia y balance no es más que positivo. “En términos de programa y canal, son los números, que son sin duda un aliciente para todo lo que se está haciendo, todo lo que se está trabajando... El aumento en sintonía, lo competitivo que el programa se transformó, cómo vuelve a posicionar a TVN en un horario estelar,mi no, aseguró a La Cuarta.
“Y en términos personales también absolutamente (ha sido muy bueno). Me he encontrado con una forma de animar muy distinta a la que yo solía hacer, en que yo siempre intentaba ser muy riguroso y qué sé yo, cumplir con los parámetros de alguna manera establecido. Y en esta animación en particular, yo he tirado todo eso a la basura. He sido yo, simplemente, y ocupo todos los errores a mi favor”, reconoció.
“Me entretengo mucho, lo paso muy bien. Estoy por primera vez, yo creo, en la televisión dándole curso a mi humor, tal cual es mi personalidad, sin miedos, sin aprensiones”, admitió.
(P) El programa se convirtió en una especie de caballito de batalla para el canal, en términos de sintonía. ¿Sentiste alguna vez una responsabilidad o peso por ello?
(R): No, todo lo contrario, no lo sentí como una responsabilidad. Quizás al principio sí estaba el temor de que el programa tenía que responder y sí, a pesar de que no nos hicieron evidente esa presión, lo sabíamos, era tácito, que se estaban jugando muchas cartas con el programa. Pero yo desde el primer momento me propuse pasarlo muy bien, ese era mi enfoque principal, que es algo que estoy direccionando en mi vida general.
Entonces, no, nunca sentí la presión o el peso de tener que lograrlo, pero sí, tanto yo como todo el equipo, ocupamos esa sensación ambiente que había, en post de trabajar en un buen producto y que finalmente es lo que se ve hoy día en pantalla. Eso, sumado al talento de los artistas que participan, por supuesto, que es muy protagónico.
- En tu opinión, ¿cómo ha evolucionado Mi Nombre Es desde su inicio hasta ahora?
La evolución también ha sido superpositiva. Si bien es cierto desde el primer momento estaba superclaro todo como iba a ser en su estructura -que comienza siempre con esta etapa de audiciones que posteriormente se entra en una fase de clasificación hasta llegar a lo que estamos viviendo ahora que es la final-, yo creo que la principal evolución se ve en los artistas, en quienes participan.
Es tan simple como poner los videos de sus primeros de su primera participación y ver lo que está pasando ahora, cómo han crecido, cómo han desarrollado su talento.
Muchos de ellos que indican que en “Mi nombre” es ha sido un programa que de verdad los ha hecho crecer mucho -algunos también han participado en programas extranjeros o en el mismo Yo Soy, el programa que yo hice antes-, y dicen como que nunca les había pasado que en un programa tuviesen tanto crecimiento y eso es fundamentalmente gracias a los consejos del jurado y también a la a las clases que hacen la Yoya Brezki, Acenjo y y Andrés del León.
Esa evolución yo es la que he encontrado más notable.
- ¿Cómo ha sido la relación con los participantes durante el programa? ¿Algún vínculo especial que hayas formado con alguno de ellos?
La relación con los chiquillos es superbuena. Nos vemos mucho, nos vemos muy seguido, es un programa que va de domingo a jueves donde también se comparte mucho en backstage.
Por ejemplo, en el “Yo soy”, el animador y el jurado estábamos en un sector de camarín y los participantes estaban en otro, en “Mi nombre es” estamos todos en el mismo lugar, entonces se conversa mucho, se comparte y uno es testigo de momento superentretenidos como cuando están todos cantando y es muy divertido ver, no sé, a Feliciano cantando una canción de Elvis Presley o viceversa.
Y, por otro lado, ver cuándo están nerviosos y sus aprehensiones, sus emociones. Así que es inevitable que se establezcan vínculos. Algunos de los chiquillos yo los conocía de antes, imagínate hace 4 años, y a muchos otros, la mayoría, los he ido conociendo ahora. Y trato desde mi rol también ser una tener un apoyo, un aporte como para que ellos se relajen y entregar cuotas de elementos distintos a lo que son estrictamente la competencia.
- Ante esta final, ¿Qué pueden esperar los televidentes?
Bueno, todo al final trae consigo sorpresas en sí, sobre todo cuando uno está en vivo y en directo. Las emociones que están ahí son muy muy intensas y eso ya genera sorpresa, reacciones, las mismas presentaciones de los chiquillos. Yo creo que todo lo que pasa en una final con los nervios que ahí se viven, se respiran es sorpresivo, son cosas que no se pueden controlar.
Y bueno, por otro lado, también va a estar Stefan Kramer con nosotros en la final como jurado invitado y quién mejor para evaluar a dobles, a imitadores, que el mejor imitador del país.