La trayectoria televisiva de César Antonio Campos a menudo transitó estos espacios, apartado del set, en la calle, a la caza de historias o poniendo en juego el amor de decenas de parejas. Su personalidad magnética, desde hace unos meses constatable durante cada mañana en Mucho gusto, el matinal por el que hace rato inclinó su primacía la barra pop, hizo del docurreality el género donde se desenvuelve con mayor soltura y distinción: Espías del amor, Manos al fuego, proyectos que años atrás prodigaron entretención en grageas, debieran bastar como su carta de presentación.

Por tanto, ahora que Darynka Marcic, acaso la propietaria oficial de los especiales de Año Nuevo, dibuja los últimos detalles de su matrimonio, Mega se convenció de que en su ausencia su relevo natural debía ser Campos.

El periodista tendrá a su cargo la transmisión del cambio de año, algo que la señal del grupo Bethia ha convertido en una costumbre. En su cuarta edición, bajo el nombre de Año Nuevo en el Mar, el Departamento de Prensa buscará contagiar emociones a través de historias, celebraciones y los deseos de miles de chilenos. Su epicentro será Viña del Mar, pero la promesa es enseñar lo que ocurre en las calles, plazas y bordes costeros de distintas regiones del país.

Campos será, en ese sentido, líder de un equipo compuesto por Julio Ahumada y Paulina Flores, aka la Tía Mega, Igor Ibarra desde Valparaíso, Naomi Riquelme y otros periodistas estratégicamente distribuidos.

A quienes, le cuenta al diario pop, conoce bastante bien:

—Es un equipo de periodistas que de verdad tienen mucha experiencia y con los cuales he trabajado. Julio Ahumada, si bien es de prensa, igual participa en distintos segmentos de Mucho gusto. La Naomi también está en Mucho gusto, hace poquito que se integró desde prensa. A la Paulina todos la conocen por todas las redes sociales, por los videos que hace y que son bien mediáticos: la tía Mega. Y está Igor Ibarra, que en realidad es un periodista local. De Meganoticias, pero que está presente en Valparaíso. La idea es poder hacer un despliegue territorial, no sólo de Valparaíso-Viña, sino que en otros puntos donde la gente también está celebrando. Y yo creo que ese es el gran sello que tiene Mega en Año Nuevo, que es estar en distintos lugares. Apostar por mostrar diferentes realidades y diferentes tipos de familias, diferentes tipos de celebraciones.

—Hace un tiempo —en BioBioChile— resaltaste el revival de los programas de entretenimiento, que hacen que uno “se desapegue del día a día” y de “las rutinas difíciles”. Imagino que eso también buscan con esta transmisión.

—La mayoría de canales, durante mucho tiempo, grababan los programas. Eran programas que parecían en vivo, pero eran grabados. Y cuando Mega se atrevió hace tres años a hacer esto en vivo y con un formato que creo que no se había logrado, o no se había presentado con tanta fuerza en la televisión, creo que abrió un espacio ahí. Un espacio de comunicación directa con la gente, y que, evidentemente, fue impulsado por la Darynka con todo su talento. Ella abrió un espacio muy especial en el Año Nuevo. Entonces, la idea es principalmente seguir la tradición de Mega, continuar con esta tradición muy cercana, muy horizontal, muy desde la vivencia, mucho desde la experiencia de las personas, las emociones. En una misma transmisión podemos pasar por todas las emociones, incluso todas juntas. Un viaje desde la alegría a la nostalgia, a la pena, la rabia, en fin. La vida tiene multiplicidad de opciones en el día a día y, en este caso, ese es el sello que vamos a seguir.

—¿Y qué supone para ti liderar esta transmisión?

—Una tremenda responsabilidad. Sobre todo porque, en realidad, esta responsabilidad que me dio Mega, teniendo en cuenta que yo prácticamente llevo seis meses en el canal, supone un tremendo respaldo al trabajo que he estado haciendo en el Mucho gusto. De hecho, estoy muy agradecido de esta oportunidad. Y liderar esta transmisión, que ha sido exitosa los últimos tres años, que ha liderado sintonía, también corresponde a una responsabilidad porque es seguir el legado de Darynka, este espacio que dejó. De verdad que liderar esta transmisión y, sobre todo, darle un cariz nuevo al Año Nuevo... o sea, imagínate: termino el 2025 en Mega y comienzo al tiro con el pie derecho en Mega, genera una tremenda responsabilidad.

—Me hablabas de las emociones, de que el foco estará en las personas.

—Claro, esta es una transmisión en donde tenemos muchas emociones diferentes y donde nosotros viajamos con ellas. Porque quizás mucha gente va a compartir con nosotros que perdió a un ser querido durante el año, o que nació también alguien y le trajo felicidad. Que la gente recibió algunos premios, algunos reconocimientos en el trabajo, reconocimientos en los estudios. O, a veces, que se quedó sin trabajo…, en fin. Es un carrusel de emociones que interpreta mucho de lo que es el Año Nuevo cuando uno hace un análisis personal. Bueno, esa es la transmisión en particular, la que me va a tocar liderar. Y voy a tratar de traspasar de la pantalla que cuando termina un año, también termina una de nuestras etapas, y cuando comienza, después de las doce, hay un renacer. Hay un nuevo inicio de vida. Queremos darle esa energía a la gente, compartir de manera positiva que a veces las cosas no funcionan como uno quiere, pero siempre amanece. Y siempre se puede empezar de nuevo de cero.

—Mencionaste el legado de Darynka, su identidad festiva, sus bailes. ¿Qué vas a poder ofrecer tú?

—La Darynka me dejó una tremenda responsabilidad. Ella construyó un sello en este Año Nuevo y yo espero estar a la altura. He estado conversando con ella y, de hecho, le iba a mandar un mensaje para que me dé algunos tips y hacerlo de la mejor forma posible, porque ella marcó un sello muy particular con sus bailes, con sus coronas de luces, con una transmisión que es muy corriente. Nada de trajes caros, humitas, vestidos costosos. No desde un cetro, ni siquiera de un escenario, sino que desde la misma gente. Y yo creo que continuar eso que imprimió ella es un gran desafío. Obviamente, lo voy a hacer a mi manera, como la gente me conoce: muy cercano, con mucho humor, con mucha simpatía, con muchas bromas. Pero sí, la idea es poder ofrecer a la audiencia de Mega lo mismo que ha venido haciendo, algo muy ciudadano, muy de tú a tú. Una conversa muy sincera, no desde el animador hacia la persona, sino que desde las emociones propias que nos pasan a todos. Espero estar a la altura de ello.

—Imagino que también esto conlleva algunos costos. No vas a poder celebrar con tu familia, por ejemplo. ¿Cómo te organizaste con eso?

—Eso fue lo más difícil: los costos. Yo tengo a mi marido y nosotros tratamos de pasarlo siempre juntos, pero esta es la segunda vez que paso el Año Nuevo “trabajando”, porque hace un par de años me invitaron a animar un Año Nuevo en el norte, me parece que en Sierra Gorda, y esa vez también fue una conversa. A mí siempre me han gustado los desafíos, nunca he sido de decir que no, siempre doy una oportunidad. Y para mí, esta oportunidad que me dio el canal de poder animar este espacio, obviamente que la conversé con mi marido. Le dije: oye, mira, a mí me encantaría poder hacerlo también. Y ahí acordamos que pueda participar, porque es una transmisión que es larga y que tiene diferentes costos familiares. El hecho de que yo me tenga que ir antes, porque obviamente no me puedo ir en la misma fecha con todo el taco… No me va a poder acompañar. O quizás, ahí estamos viendo, pero igual esta transmisión es con mucha gente. Igual nos organizamos bien. Yo voy a estar sólo dos días, así que mi perrito me lo va a cuidar mi mamá. Mi marido está fuera de Santiago, no sé si va a volver, ahí estamos viendo cómo hacerlo, a ver si me puede acompañar en la transmisión, para darnos el abrazo. Pero todo está súper bien. Estamos todos bien en familia. Los gatos también van a tener su resguardo, así que estamos organizando todo para que no haya problemas y yo me concentre en darle la bienvenida con mucha energía al 2026.

—Ahora que vas a preguntarle a decenas de chilenos sus deseos para el 2026, ¿cuáles son los tuyos?

—Mira, yo pa’l 2026 casi nada pido. Normalmente, al final de año, yo agradezco todas las cosas que pasan. Uno a veces se concentra en un punto negro dentro de una sábana blanca, y en realidad nos pasan muchas cosas buenas en la vida. Pero nosotros tenemos una obsesión natural por concentrarnos en las cosas negativas. Yo soy muy agradecido. Lo único que puedo pedir pa’l 2026 es felicidad. Mucha felicidad. Porque la felicidad engloba muchas cosas: tener buen trabajo, tener salud, tener dinero, tener viajes. Cuando uno es feliz y pleno, quiere decir que todas las otras que ayudan a esa felicidad, están bien. Entonces, mi único deseo pa’l 2026 es que siga siendo feliz, que siga haciendo lo que más amo, las comunicaciones. Seguir desarrollándome en Mega, en Mucho gusto, seguir desarrollando mi familia, seguir acompañando a mi familia, y eso: seguir siendo muy feliz. Y concentrándome en las cosas buenas aunque pasen muy poquitas cosas malas, como la caída en Mega, cuando me pegué en la cabeza. Uno lo puede ver como una situación negativa, pero tuvo su razón de ser en algún momento. Quizás no era el momento de ingresar y el universo, Dios, la Pachamama o en quién creas, te da estos espacios para que tú reflexiones. Y creo que ha sido una tremenda oportunidad. Quiero que sigamos creciendo y, más que nada, seguir siendo feliz.