Por Eduardo Ortega“La Ivette me mira y pone cara como de: no, no hagái esto”: Solabarrieta revela la verdad del día que llegó ebrio a TVN
El periodista reconoció que es un asunto que aún le da “mucha vergüenza”. “Porque no sólo comprometí mi trabajo”, dijo, “comprometí el trabajo de compañeros del canal”.

“Yo, en TVN, me mandé la cagada más grande de mi vida”, admitió Fernando Solabarrieta esta mañana en Marca personal de radio La Metro. Minutos atrás, el periodista había echado al agua a Luka Tudor por aquella vez que el exdelantero de Universidad Católica llegó algo pasado de copas a un capítulo de su programa en Fox Sports Chile y, por si fuera poco, derramó alguna lágrima. Le tocaba ahora a él, pero antes, a modo de disclaimer, dijo:
“Esta historia no es divertida, la de Luka era divertida. Esta historia es pública, notoria, evidente, salió al aire, fue súper comentada y no es graciosa: es dramática, ¿cachái?, y a mí me da mucha vergüenza, porque no sólo comprometí mi trabajo, comprometí el trabajo de compañeros del canal”.
Entonces, empujado por Oscar Garrido, arrancó un relato en realidad poco conocido: “Yo no tenía que ir ese día, me habían cambiado el día. Era febrero y ese día, era viernes, yo salía de vacaciones. Y a última hora me cambian el día. Yo, por ejemplo, hacía el jueves y quedaba listo, porque hacía radio, personalmente, y quedaba libre, de vacaciones. Del canal ya quedaba libre el día anterior. Pero a última hora me cambian el día, me ponen el día viernes, porque Pedro (Carcuro) no podía”.
“El que mandaba la pauta era Pedro”, continuó. “Te decía: oye, flaquito, ¿te puedo cambiar, que tengo un tema? (...), te la mandaba a guardar con todo y siempre te hacía entender que era un favor pa’ ti”.
Como sea, ahí empezaron los problemas.
“Bueno, nada, yo salgo de la radio a las tres de la tarde y digo, ¡aaah, de vacaciones!, fui a almorzar, me junté con unos amigos, asado, y de repente, a la noche: Fer, ¿a qué hora vai a venir? Pero cómo… hueón, te cambiaron el día. Ese día estaba con mi profe de boxeo, con una persona que lo contratamos para no manejar. Estuve, que en paz descanse, con el suegro de Mauro Pinilla, un encanto de persona. Con su señora, la tía. En fin. No, si estuve toda la tarde en un restorán cerca de la Bío Bío, después pasamos a un asado (...), y de ahí me voy directo a la casa, a buscar el traje, a última hora, corriendo, porque me avisan que tenía que ir”.
“Me podría haber puesto firme, pero esa hueá de cumplir igual…”, se lamentó Solabarrieta.
“Y yo no podía ir, po. Si entro a la casa, busco un traje, la Ivette me mira y pone cara como de: no, no hagái esto. Y ahí me voy, y claro, entro al aire y dejo la cagada, po hueón. No debí haber ido”.
Mira aquí la historia:
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