¡La media volaita! El príncipe Harry admitió en su libro que usó gas de la risa en el nacimiento de su primer hijo

Duques de Sussex y Archie

El duque de Sussex dijo que así pudo mantener la calma en un parto que tuvo que ser inducido.

El príncipe Harry reveló en su libro En la sombra, otro secreto real: la trastienda del nacimiento de su primogénito Archie, el pequeño que llegó al mundo el 6 de mayo de 2019 en el Hospital Portland de Londres.

El duque de Sussex confesó que usó gas de la risa, que se administra a las mujeres en Reino Unido, y otros países como Escandinavia, Australia, Nueva Zelanda y Canadá; para aliviar los dolores del parto.

Harry cuenta con detalle cómo salieron a escondidas de su casa de Frogmore Cottage, en Windsor, hacia el recinto hospitalario. Pese a que había pasado el tiempo en que estaba programado el parto, Meghan aún no entraba en labor, por lo que debían inducirlo.

Una situación que podría haber sido muy estresante, pero el hijo de Diana de Gales dijo que estaban tranquilos: “Vi dos formas de ‘optimizar’ aquella tranquilidad. Una: pollo del Nando’s (traído por nuestros guardaespaldas). Dos: una botella de gas de la risa junto a la cama de Meg. Le di varias caladas lentas y profundas”.

Harry dijo además que en ese momento su esposa estaba haciendo ejercicios con una pelota de pilates. “Volví a darle unas cuantas caladas y yo también acabé botando”, agregó.

Duques de Sussex y Archie

Un final feliz

Cuando Meghan comenzó a tener contracciones y la enfermera le iba a administrar más gas de la risa, se dio cuenta que ya no quedaba. Entre la risa de todos en la habitación, el hijo de Carlos III admitió que fue su culpa.

La duquesa de Sussex entonces se metió en una bañera y escuchó música relajante, mientras Harry colocó velas eléctricas y una foto enmarcada de la princesa Diana en una mesita.

Finalmente, Meghan tuvo que recurrir a la epidural como método analgésico y comenzó el trabajo de parto. Dos horas después del nacimiento de Archie, ya estaban de vuelta en casa.

Luego de esta primera experiencia, Harry contó que en el parto de Lilibet, su segunda hija, no recurrió el gas de la risa “porque no había” y admitió haber estado “bien presente”, ayudando a su esposa a pujar.

Lilibet

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