En una íntima conversación con Juan Pedro Verdier, el joven de 20 años, Diego Venegas, se sinceró en Mundos opuestos (Canal 13) sobre algunos dolorosos recuerdos marcados por el bullying.

“Algo que me saca de mi centro es el tema del bullying, hacerle daño al más débil”, porque “yo sentí eso alguna vez”, sinceró el muchacho al ex-Mekano, según consignó Página 7.

Según relató el blondo joven, “me cambié de un colegio privado a uno subvencionado”. En ese contexto, “al ser rubiecito y con todos los prejuicios que hay en este país, me agarran para el leseo de cuico”, contó. “Aparte que yo medía 1,50 y era delgadito”, contextura que “me hueveaba y me sentí muy hueón”.

El cambio físico

En medio de esta situaciones de burlas, “yo le lloraba todas las noches a mi mamá diciendo: ‘quiero volver al otro colegio, no me siento bien acá’”. Hasta que un día ella le contestó algo así como: “Tú tienes todas las herramientas que necesitas; podría llegar y cambiarte, pero eso no va a solucionar nada”.

Antes esas palabras de fortaleza, “me empecé a adaptar”, aseguró. “Ahí descubrí lo que era el entrenamiento; por eso partí entrenando, porque necesitaba construir una carcasa más fuerte, sentirme seguro”, sinceró quien, de hecho, antes de entrar al encierro contaba que venía de largas jornadas en el gimnasio.

“Me dio mucha rabia que cuando me puse a entrenar, la gente me empezó a ver distinto, y qué pena que tengas que huevear al que no puede defenderse”, expresó. “Empecé a crecer de estatura y de físico y poco a poco esos comentarios iban desapareciendo”, al punto que “después los que me estaban molestando me pedían consejos”.

Sobre su propia experiencia, Juan Pedro reflexionó a modo de cierre: “Lo que más me dolía a mí era: ‘por qué quieres verme doler, ¿qué te satisface de verme mal?’“, en vista que ”no era algo divertido, sólo producirte daño, ¿y con qué fin?”.