Por Consuelo Calderón“Siempre tengo como esa espinita clavada”: la emotiva confesión de Eduardo Fuentes sobre su hija y sus padres
El conductor habló sobre el difícil proceso de infertilidad que vivió con su esposa y recordó a sus padres, quienes fallecieron antes del nacimiento de su hija Alma.

En el reciente capítulo del podcast “Mamá por siempre”, Eduardo Fuentes habló sobre la llegada de su hija Alma y lanzó una emotiva confesión sobre sus padres, quienes fallecieron antes del nacimiento de su retoña.
Durante la conversación con María Luisa Godoy, el conductor de TVN recordó el complejo proceso de infertilidad que enfrentó junto a su esposa, Andrée Burgat, cuando intentaron por años convertirse en padres sin éxito.
Tras distintos tratamientos fallidos, el periodista junto a su pareja conocieron al doctor Pommer para iniciar otro tratamiento, mientras que, paralelamente, lo llamaron desde una clínica para mencionarle que había una muestra. Así se concretó el embarazo y nació su hija Alma.
“Hasta verla ahora, me hace bromas, que se burla de mí, me hace chistes, lo encuentro fascinante. Ha sido un proceso ya de nueve años, diez con el año de gestación, que lo encuentro lejos la década de más aprendizaje, de más cambios, de más sentir el ser un ser humano de manera distinta”, expresó Fuentes.

El gran dolor de Fuentes
En ese contexto, María Luisa le mencionó al conductor un tema sensible con respecto a su hija y su vínculo con sus padres. “Lo hemos conversado (...) que de las cosas que te duele es que tu mamá no la haya conocido”, detalló.
“Sí, mi mamá y mi papá. Me hubiera encantado (que la hubieran conocido). Ambos eran muy guaguateros, les gustaban los niños”, aseguró Fuentes.
En ese sentido, señaló que “mi mamá falleció mucho antes que yo me casara, pero mi papá si me vio casado, el primer round. Él a mí nunca me dijo, pero a través de sus amigos, sé que él siempre quiso que yo fuera papá y haber tenido un nieto o nieta. Y no lo pudo ver”.
“Entonces, siempre tengo como esa espinita clavada, que tiene que ver con que hubieran abrazado a Alma o con muchas otras cosas de la vida. No haberle podido retribuir a ellos lo que hicieron por mi, con mi papá lo pude hacer un poco más, pero con mi mamá nada”, afirmó.
“Todo el esfuerzo que ellos pusieron en mí, que dio frutos, y haberles recompensado y haberlos regaloneado más. Yo los regalonee mucho de cariño, de abrazo, de afecto, que es lo que importa al final del día. Pero también uno dice ‘ahora que tengo más recursos, haberles hecho un cariñito más, haberles dado mejores condiciones de vida’. Eso siempre queda ahí como una espinita clavada”, añadió.
Al ser consultado sobre si veía en su hija cosas de sus padres, Eduardo contó que “me emocionó mucho cuando llevé a Alma siendo muy chiquita a la casa de los tíos que criaron a mi mamá, mi mamá fue adoptada por una familia (...) A mi mamá le decían ‘Chomba’ y cuando la vieron (a su hija) dijeron ‘es igual a la Chomba (...) se parece mucho a tu mamá cuando era chiquitita’”.
“Fue una sensación así… unas ganas de llorar, pero también de felicidad. El pelo de mi hija es muy parecido al pelo de mi mamá, hay cosas que uno va reconociendo”, cerró Fuentes.
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