Espectáculos

Sigrid Alegría se sincera en la piel de una aristócrata “arrepentida”: cuestiona “ese permiso” de las mujeres a “despotricar”

La destacada actriz se prepara para la obra Las Aristócratas y, previo al Día de la Mujer, aborda algunas aristas peliagudas.

Sigrid Alegría se prepara para debut de la obra Las Aristócratas.

María Piedad Undurraga es una arrepentida y, a su vez, es el papel que interpreta Sigrid Alegría en la obra Las aristócratas, del premiado dramaturgo Felipe Zambrano, y que debuta el jueves 6 de marzo en el Teatro Nescafé de las Artes.

La puesta en escena tiene, además de Sigrid, a Claudia Pérez, Tamara Ferreira, Daniela Pérez, Pascale Zelaya y Luz Jiménez en un elenco que va desde los 28 a 90 años.

Se trata de mujeres con tramas prohibidas sobre maternidad, amoríos fugitivos y una senda de liberación ambientada entre fines del siglo XIX y comienzo del XX. La historia tiene a Tati Undurraga como protagonista, en 1931, siendo vista como una “bataclana” por ser pionera en la vanguardia artística chilena de la época. Pero, además, en el arranque de la narración, decide terminar su matrimonio y recibe el castigo de su exesposo, e incluso el de su propia hermana, María Piedad, impidiéndole ver a su hija.

Sobre el rol de su papel en la obra, Sigrid adelanta a La Cuarta desde la Casa de la Cultura de Ñuñoa: “Es una mujer arrepentida que se transforma, por lo tanto, en una justiciera, y quiere ayudarle a su hermana a sanar una herida que ella ayudó a provocar”, dando a entender que María Piedad tiene un vuelco en la drama.

La actriz también analiza los prejuicios que perduran hasta el presente, considerando que la trama de la obra está ambientada en el siglo XX. “Depende de qué clase social”, plantea quien hoy también es parte de la nocturna Los Casablanca (Mega), “porque tener un hijo fuera del matrimonio en casi todas las clases sociales da igual, pero en otras no; y tampoco da lo mismo qué apellido tiene ni a qué edad... Es la aristocracia, ahí no da lo mismo todavía”.

Mujeres que “despotrican”

Con miras al Día de la Mujer (8 de marzo), Sigrid destaca que la obra habla sobre una “maternidad permitida: el que otros deciden si tú puedes ser mamá o no, de quién y cuándo”.

A ojos de ella, entre las mujeres, se ha ido “ganando” un derecho que “no tiene que ver con si te embarazas o no: ser mamá es una cosa y embarazarse es otra”. Así, la diferenciación entre ambas situaciones o estados se “ha logrado con el trabajo de la mujer, y de la izquierda, porque es la que ha logrado los derechos de agrupación, a trabajar y votar; la derecha nunca ha dado eso”, cuestiona.

En cuanto a Las aristócratas, la actriz repasa que ahí está uno de los conflictos nucleares de la historia: “Se pelea, son dos protagonistas que luchan por esa libertad de que la maternidad sea elegida por ella, y no por los demás ni por el ‘deber ser’”.

Además, se trata de un elenco sólo compuesto por mujeres, “en que estamos las ‘villanas’”, o más bien “las que juzgábamos a otra mujer”. En aquel punto Sigrid ahonda y reflexiona críticamente: “El permiso de hablar mal de otra mujer también está empezando a desaparecer”, destaca. “Y la invitación no es sólo ‘callate’, sino que es hablemos bien de otras mujeres”.

En su opinión, “se está instalando algo muy poderoso: alegrarte por el logro de otra persona, te involucre o no”, y pone de ejemplo una diálogo común entre actrices: “Me llamaron para esta película, y responder “¡buena, me alegro por ti!”, en vez de “¿y dónde fue ese casting? ¿por qué no me llamaron?”. Para ella, se trata de “conductas aprendidas”, y que la primera comienza a “imponerse” a la segunda, lo que califica como “lo más bonito que podría llegar a pasar”.

Al respecto, Sigrid observa: “La mujer tiene ese permiso hasta el día de hoy de despotricar y criticar a otra persona, sin límite”, mientras que “el hombre ya está un poco más censurado”, advierte. “Pero la mujer no, la mujer dice cosas espantosas del propio género, porque podemos hacerlo; así como el hombre tiene permiso para enojarse y andar rabioso, agarrar a combos y a los gritos”, ya que “nosotras no podemos hacer eso, pero los hombres sí”, analiza.

“Lo tenemos normalizado en nuestra cultura”, dijo sobre ambas costumbres. “Afortunadamente eso se está yendo, y nosotras también nos podemos enojar y los hombres dar su opinión”, destaca. “Espero que nos encontremos en la mitad y demos nuestra opinión cuando se nos pide la opinión, no antes”, precisó.

Con su humor y sensibilidad, Las aristócratas tendrá funciones en el Nescafé el 6, 7, 8 y 9 de marzo, las entradas se compran por Ticketmaster y van desde los $16.000 a $27.000.

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