Pareja de Nano Calderón relató episodios que derivaron en el intento de agresión del influencer hacia su padre.
Durante la noche de este domingo, finalmente Rebeca Naranjo, pareja de Nano Calderón, rompió el silencio y contó su verdad sobre lo ocurrido en 2020, cuando el influencer terminó en prisión por el intento de agresión a su papá, Hernán Calderón Salinas.
Todo ocurrió a la misma hora en que en Primer Plano abordaban la entrevista de Kel Calderón en Podemos Hablar, donde habló sobre el día en que se quebró su familia luego de lo ocurrido entre su hermano y su padre.
En concreto, Rebeca no se guardó nada y puso sobre la mesa los antecedentes que apuntan a una grave acusación en contra del abogado.
“He permanecido callada durante 5 años, intentando refugiarme en el silencio y olvido, pero personas externas a mi vida, que nunca compartieron momentos junto a mí, se empeñan en dar show ofreciendo falsas declaraciones y tratando de limpiar hechos asquerosos, contando una historia distinta y errada bien lejana a la realidad”, escribió de entrada a través de su cuenta de Instagram.
Y en esa misma línea, sostuvo que “Nano (Calderón) siempre quiso demostrar la situación real porque con nuestro silencio no se encontraba la justicia. Se crearon una imagen de nosotros basada en lo que los medios de comunicación dieron por hecho y por verdad. Ahora, en vista de que volvieron a abrir heridas que, día a día, yo traté de sanar, encuentro que llegó el momento de hablar para que dejen de tratar de cambiar la historia de lo que realmente ocurrió y poder darle un cierre a toda esta pesadilla”.
Pero eso no es todo, pues también contó detalles específicos del comportamiento fuera de lugar que habría tenido su suegro cuando junto a Nano estuvieron viviendo juntos en su departamento.
“Al transcurrir el tiempo, empecé a notar que la cercanía de él no era algo normal. Un día me encontraba cocinando y se me acercó y me tomó de las caderas y me dio un beso en cada mejilla, lo que para mí fue un poco incómodo porque no lo sentí como un saludo cordial y por eso le comenté a mi amiga”, explicó.
Además, recalcó que “días después, mientras me encontraba en la pieza donde mantenía stock de mi local de trajes de baño, yo me encontraba agachada recogiendo los productos y, sin darme cuenta, siento tocamientos por la parte de atrás. Al darme la vuelta, me di cuenta que no era mi pareja, sino que era este señor y me dice ‘tienes la piel rica y suavecita’. Rápidamente, me paro para irme de la pieza donde me encontraba y me dice ‘¿qué tienes allí?’ Haciendo referencia a la parte trasera de mi short. Me doy vuelta a ver a qué se refiere y, en ese instante, me levanta el short por la parte de abajo y pone su palma en mi glúteo. Mi reacción fue salir corriendo yéndome a la pieza donde se encontraba Nano“.
El testimonio de Rebeca Naranjo
En otras historias, Rebeca reveló que “en otra ocasión, sentados en la mesa Hernán Calderón Salinas, su pareja Patricia, Nano y yo, empezamos a hablar de mi negocio de venta de bikinis, en eso él me pregunta cuál era el modelo más vendido, a lo que yo respondí que el modelo más vendido era el tipo colaless. Luego de mi respuesta, Hernán Calderón Salinas me dice ‘que me pruebe uno a ver qué tan pequeños eran’. Ante esto, su pareja Patricia le llama la atención por el comentario, y Nano le dice que es un comentario inapropiado”.
“En una oportunidad me quedé dormida en la pieza de invitados y en medio de la noche (luz apagada) siento que abren la puerta de la pieza y luego empiezo a sentir una mano recorriendo mi cuerpo, acercándose a mi pecho. En ese momento me doy cuenta que la mano es de este señor, se la quité de mi cuerpo bruscamente y me dice que sólo era para saber cómo estaba. En ese momento me levanté rápidamente y él se fue de la pieza”, complementó.
Por último, Naranjo compartió una serie de pantallazos para argumentar su testimonio, y aseguró que Hernán Calderón “abusó de mí y esto pudo ser comprobado durante las investigaciones”. Incluso, contó que cuando esta situación se hizo pública, “una persona se contactó conmigo y me contó que yo no fui la primera, que a ella también se lo había hecho, y me imagino que tampoco seré la última”.
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