"Gracias a mi hermana estoy vivo": el amor a toda prueba del ex bailarín de Rojo José Aravena con su hermana Raquel, quien se hizo cargo tras terrible enfermedad

"Sin mi hermana, me hubiese muerto. Es mi partner, es mi sangre", expresó José Aravena, quien se hizo conocido como uno de los más llamativos y populares bailarines de Rojo, Fama Contra Fama. Hace años fue diagnosticado con una terrible enfermedad llamada leucoencefalopatía multifocal progresiva, la cual lo tiene con dificultades al hablar y movilizarse.
A José lo salvó el amor sin condiciones de su hermana mayor, Raquel. Ella se hizo cargo de manera completa y hace un año se lo llevó a Quillota, hasta donde se cambió para trabajar en el vivero Vitalia.
El emprendimiento es propiedad de la pareja de Raquel y allí el ex bailarín que depende de su hermana para todo, está encargado de la reutilización de la tierra y de una particular técnica de siembra de plantas ornamentales.
Primer Plano viajó hasta Quillota para conocer la vida de Aravena y luego él y Raquel estuvieron en vivo en Primer Plano, para conmover hasta las lágrimas al animador Julio César Rodríguez, quien conoció a José en los tiempos en que ambos compartieron en Rojo.
José expresó su actual felicidad y valoración de la vida a toda costa:
"Qué tengo que acharme a morir yo... No. Hay gente que no tiene brazos... Mire que mal agradecido".
"Al principio fue muy difícil, pero con el apoyo de mi hermana todo es más fácil".
"Uno se ahoga en un vaso de agua y no sabe ná que la vida es bella".
"Para mí Raquel significa un gran apoyo. Le quiero decir que muchas gracias a la Kela. Ha sido fundamental para mi".
"Sin mi hermana, me hubiese muerto. Es mi partner, es mi sangre... Gracias a mi hermana estoy vivo".
En tanto Raquel manifestó:
"Fue difícil, porque cuando yo lo veía bailar en Rojo me sentía feliz. De repente le dio esta enfermedad y fue chocante".
"Me ha enseñado mucho en la vida. El médico me dijo 'tienes que resignarte porque tu hermano no va a vivir'. Y todo eso me lo tuve que guardar. En ese momento lo iba a ver y estaba todo el día en el hospital. Y llegué a mi casa, me encerré en mi pieza y lloré. No se lo podía decir a mi mamá ni a mis hermanas. Ahí le pedí a Dios que me lo dejara un tiempo más porque somos muy apegados los dos".
"Tuve que luchar mucho para poder sacarlo adelante. El entró caminando al hospital y salió en una silla de ruedas. Tienes que sacar fuerzas de donde no hay. El doctor me dijo 'ahora tú, Raquel, tienes que ser el payaso de tu hermano. El José no puede llorar porque le van a bajar las defesas'...
"Ahora salimos a pasear, nos reímos, vamos a la playa a pasear, como la playa está cerca de Quillota. Nos vamos a comer a los pubs. Trabajamos en las plantas, es una terapia para él".
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