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“Me compré un pasaje y viajé a Buenos Aires… Toco el timbre y abre la puerta María… Y claro, había un joven…”, la decepción amorosa de Felipe Vidal

“Me compré un pasaje y viajé a Buenos Aires… Toco el timbre y abre la puerta María… Y claro, había un joven…”, la decepción amorosa de Felipe Vidal

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"Deduje que ella quería que fuera, no sé de dónde saqué eso yo. Por eso yo soy literal. Me pasé cualquier rollo. Hubieras visto la cara que puso...", fue parte de la anécdota que Felipe Vidal contó sobre chica argentina de la que se enamoró.

El periodista que actualmente es parte del panel de Buenos Días a Todos fue invitado al programa de Chilevisión, Podemos Hablar, y esta fue una de las historias que relató:

“Verano del 97, enero, y conocí a una chiquilla argentina, María, estudiaba agronomía en Buenos Aires. Conocí a María, andaba de vacaciones en La Serena. Una niña bien. Enganchamos, hubo onda.

“Además yo venía de una relación de nueve años, había terminado hace poco con una novia que estuve a punto de casarme, me devolvió el anillo. No, en realidad no me lo tiró de vuelta, porque no alcanzó. Porque el anillo yo lo mandé a hacer y me mandó a la cresta un poquito antes.

“Bueno, conocí a María, ella iba a estar enero y febrero en Chile, las amigas se fueron. Y una tía tenía una casa en Mirasol, Algarrobo norte, fue con mi mamá, qué sé yo, y yo dije ‘podría ir con María, ¿cuál es el problema?’. Yo siempre muy aclanado.

“Estuve con ella, no dormíamos en la misma pieza por supuesto, sí esto no era una relación formal. Además yo siempre fui muy conservador en la valórico. Además que con mi mamá ahí. Y con mi abuelita además.

“Mis amigos me webean hasta el día de hoy, porque yo fanático de la U, ella fanática de Boca, andaba con la camisa de Boca, yo tenía una camisa de la U, e hicimos un intercambio de camisetas. Lindo. Enamorado.

“Se fue, volvió a Buenos Aires, yo quedé… Es que soy soy muy débil y necesitaba cariño. Dos o tres semanas, y claro, el teléfono, llamada, y yo como que creí que ella me había dicho algo así como 'podrías venir’, casi como jugándomela, arriesgándolo todo.

“Y me compré un pasaje y viajé a Buenos Aires. Sabía su dirección, Palermo. Llegué, cuarto piso, toco el timbre y abre la puerta María…”

Juan Carlos Valdivia: “¿Y detrás de María?”

Vidal: “Estaba Marío. Claro, había un joven. Nunca lo confirmé, pero me dio la impresión que se había secado recién el pelo con la toalla mi compadre. La cara de impacto…”

Gala Caldirola: “¿Pero tú nunca le dijiste que ibas a ir? ¿Llegaste de sorpresa?”

Vidal: “Claro, porque como que deduje que ella quería que fuera, no sé de dónde saqué eso yo. Por eso yo soy literal. Me pasé cualquier rollo. Hubieras visto la cara que puso, no sé cómo definirla, los ojos así… No dijo nada.

“Además es divertido, porque estaba ella y mi compadre estaba como en un segundo plano, pero se veía perfecto. Y yo ‘es que te vine a ver de sorpresa’, y ella ‘pero por qué no me avisaste’.

“Y ahí mi compadre salió de escena, y yo ahí me di cuenta. Media vuelta. Me fui a caminar un rato. Me quedé, si esto fue un viernes a las ocho de la noche, me fui el domingo, me quedé allá”

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