Cómo algo que iba tan bien terminó tan mal: en unos 80 capítulos, el podcast ¿Cómo Están Los Weones? de Daniel Fuenzalida y Rosario Bravo se transformó en un fenómeno de audiencia, ingresos y hasta ganó el Copihue de Oro.

Pero la enfermera que llamó la atención como creadora de contenidos y la frase “¡¿cómo están los weones?!” se enojó con su partner y amigo y terminó todo de tal mamera, que ahora no lo quiere ni ver.

En enero, Bravo supo que “El Huevo” había inscrito, a inicios de 2024, la marca “cómo están los weones” a su nombre, dejándola a ella afuera. El animador lo hizo sin informarle y, según dice, como una manera de “proteger” el producto. Ella no lo vio así.

Rosario encaró al que también se había convertido en su amigo. Habían creado un vínculo de suma confianza. Se contaban las cosas, ella lo aconsejaba en sus relaciones, se visitaban en la casas.

Por eso la comunicadora se sintió traicionada y en desventaja en cuanto a todo lo relacionado con el podcast, desde la inscripción del nombre hasta las ganancias y toma de decisiones.

Ella pidió una solución, equiparar todo. Pero en seis meses no pasó nada. Bravo terminó muy mal. Su molestia y desilusión llegó al punto de no querer nada con Fuenzalida.

En un mail que el periodista Luis Sandoval hizo público en Que Te Lo Digo se desahoga y le enrostra a “Huevo” cuestiones como:

“Te lo planteé muchas veces. Finalmente lo que recibí fue solo una propuesta que solo incluía cosas secundarias, tazones, poleras; pero no en el corazón del proyecto, el nombre, las ganancias ni las decisiones compartidas”.

Ahora, según Sandoval, no hay nada que hacer. La figura femenina no quiere ver ni en pintura a su ex amigo. Fuenzalida le abrió camino en otras plataformas, como la radio. También en la televisión, llevándola a su espacio El Medio Día, en TVN. En QTLD afirmaron que ella renunció.

Supuestamente la profesional tampoco quiere terminar el ciclo de ¿Cómo Están los Weones? de buena manera. Por ahora, se niega a volver. Al menos por ahora.