"El otro le decía ‘pégale un balazo’. Empiezo a forcejear con uno, me agarra la cadena, después me quiere sacar el reloj", fue parte del relato de Johnny Herrera sobre la encerrona que sufrió en Las Salinas, Viña del Mar, en agosto de este año, donde le robaron el auto.

El ex futbolista de 41 años estuvo en un capítulo de Podemos Hablar emitido por Chilevisión hace un par de semanas. Este fue su testimonio:

“Fue fuerte la experiencia, se te pasan muchas cosas por la cabeza, que te pongan una pistola acá y otra de frente, una pistola a menos de un metro, es chocante.

“Es cuestión de segundos. Yo traté de retroceder el auto, no pude, me cruzaron, me siguieron desde acá de Santiago, y te marca la vida, porque la viste pasar en un ratito.

"Iban al lado mío. Salimos de acá, estaba lloviendo, iba escuchando un partido y pasa un Subaru Impreza, un buen auto, relativamente nuevo, y los gallos con mascarilla. Después más allá, camino a Viña, aceleré y los gallos siempre atrás. No me pasaban, iban siempre atrás o al lado.

“Llegamos a Viña, los gallos siempre pegados, lloviendo fuerte, y me decidí, ‘me voy a tirar a la Copec que está en la recta de Las Salinas’. Llego, paro un poquito, los gallos atrás, y hago como que voy a echar bencina y sigo de largo, salgo rápido, los miro por espejo y ahí recién caché que me estaban siguiendo.

“Salgo de la Copec, el semáforo da rojo y un auto adelante, se me cruzan, ahí se bajan los dos y pistola y todo, y el otro le decía ‘pégale un balazo’. Empiezo a forcejear con uno, me agarra la cadena, después me quiere sacar el reloj, le pego un combo, lo empujo y le digo ‘ya, llévate todo, ¿qué más quieres?’. Lo suelto, se suben los dos al auto y se arrancan para Santiago.

"Es fuerte. Se te pasan (por la mente) muchas cosas, el Bruno, (su hijo de cinco años), tu familia, tu señora, el hermano. Mi hijo siempre está con silla atrás, ¿cómo lo preparas para una situación así? No puedes hacer nada, estás atado de manos, no sabes si pasarlo por encima, yo tengo un cuento con eso. Yo me entregué. Gracias a Dios iba solo.

“Ahora con mi hijo, por ejemplo, yo sé que le tengo que enseñar, ‘tírate al suelo o agacha la cabeza’, para acelerar, porque no sabes cómo vas a reaccionar.

"No eran de estos que muchos defienden, estos niñitos del Sename. No eran niños, eran gallos muy preparados, lo mirabas a los ojos y pensabas cualquier cosa. Obviamente uno andaba drogado, porque ni pestañeaba el weón, y el otro gritaba cosas.

“Y andaban con el auto con la patente cambiada, el auto era robado y la patente era robada, entonces así no detectaban que eran ellos. Eran preparados los gallos, pistolas de verdad, eran gallos de 25 o 30 años. El auto hasta el día de hoy no aparece. Carabineros igual se demoró en llegar, pero de pronto están tan atados de mano que tampoco pueden hacer mucho”.