“¿Cómo se hace para llevar 32 años de carrera ultra exitosa y seguir siendo exactamente la misma persona?”, le preguntó Jorge Zabaleta a Myriam Hernández en Socios de la Parrilla.

La cantante fue invitada al espacio de Canal 13 que el actor conduce junto a Pancho Saaavedra y Pedro Ruminot y esta fue su respuesta:

Myriam Hernández: “Ay, Jorgito, qué eres lindo. Yo creo que es porque no me creo nada. Yo tuve un sueño desde que tenía cuatro años, de cantar, de viajar, y ese sueño yo se lo hacía saber a mis papás. Mi mamá no quería que cantara. Mi papá me apoyaba, la familia de mi papá también.

“Empecé en la televisión a los doce años y los valores de mis papás eran el cable a tierra que siempre me recordaba que nunca tenía que cambiar por estar en la televisión, que yo no era más importante que mi compañera de banco.

“Yo llegaba a la casa y era ‘¿cómo salió?’. ‘Salió bien, pero te faltó esto. Tienes que estudiar, tienes que ser mejor’. Y empecé a estudiar canto lírico a los diez años, después canto popular. Y nunca me he creído nada. Yo me bajo del escenario y soy…”

Zabaleta: “¿Pero nunca te perdiste ni un poquito?”

Hernández: “No. Gracias a Dios no. Nunca. Yo veo entrevistas mías ahora de los 15 o 17 años, cuando estaba en el ranking juvenil, y yo decía ‘quiero ser cantante y quiero casarme y quiero tener hijos’. Eso era para mí la vida y la que quiero seguir teniendo por siempre.

“Si mañana me dicen ‘Myriam, tu carrera o tu familia’, mi familia. No tengo miedo tampoco a apagar las luces mañana. No, porque siento que la vida es mucho más que eso. Y en pandemia lo volvimos a afirmar, de que definitivamente lo más importante es el amor, la familia, la salud, el querernos.

“Por ejemplo, cuando me invitaron a este programa yo dije ‘los tres me caen increíble, con los tres tengo un cariño’. Y para mí era rico venir acá y pasarlo bien.

“Si uno es consciente de estos momentos y decir ‘soy feliz porque disfruté este momento’, es realmente la convicción que siempre nos dicen que hay que aprovechar el momento, el aquí y el ahora, que suena tan fácil pero en la práctica es difícil.

“Es simplemente estar consciente y disfrutar. Decir ‘te quiero’ cuando a uno le cae bien alguien y olvidar cuando hay cosas malas. Yo no soy vengativa. Hay cosas que me molestan, pero doy dos pasos para atrás, nada más”.