Por Paulo QuinterosReview | Double Dragon Revive: el regreso de un clásico pegado en el pasado
La nueva entrega del legendario beat ‘em up llega con la promesa de revivir una época dorada, pero termina recordando por qué el género tuvo que reinventarse para sobrevivir.

Durante la era de los arcades, cuando hasta los almacenes de barrio tenían una máquina para gastar fichas, los videojuegos del género beat ‘em up, con toda su pelea callejera de eliminar un enemigo tras otro de izquierda a derecha, eran una pieza recurrente de casi toda jornada gamer.
En ese contexto, Double Dragon fue pionero, pero también pronto quedó como el primo envejecido de la familia.
Mientras títulos como Final Fight, Golden Axe, Capitán Comando, Las Tortugas Ninja, Battletoads o el imbatible Cadillacs and Dinosaurs ampliaban los movimientos, las animaciones y la velocidad, los hermanos Lee seguían anclados a una fórmula rígida que envejeció antes de tiempo.
Tres décadas después, el estudio japonés Yuke’s - famoso por sus juegos de la WWE - se une a Arc System Works para traer de vuelta esa saga fundacional con Double Dragon Revive.
El resultado, sin embargo, es más arqueología que resurrección: un videojuego que se siente anacrónico, tanto en su estética como en su jugabilidad, y que parece convencido de que el encanto del pasado basta para justificar su existencia.

La historia no busca cambiar mucho la dinámica conocida y avanza en un entorno de ciudades devastadas bajo el control de señores de la guerra y pandillas que hacen y deshacen a su antojo. Entre ellas están los Guerreros de las Sombras, una organización que se enriqueció a costa del pueblo y mantiene su dominio con un ejército de criminales. Es ahí donde Billy y Jimmy Lee, acompañados de Marian, emprenden una cruzada para liberar cada sector a punta de golpes, patadas y poderosos ataques especiales.
El recorrido se estructura en una serie de niveles lineales que no buscan reinventar nada. Desde los callejones llenos de enemigos clónicos hasta un nivel subterráneo que parece un guiño directo a Final Fight, Double Dragon Revive avanza sin sorpresas.
Cada zona culmina con un jefe que introduce algún artilugio o mecánica distinta, aunque más de una vez esa variedad se traduce en frustración: los patrones de ataque son repetitivos, los controles poco precisos y las colisiones con el entorno tienden a castigar más que a desafiar.
El sistema de combate, pese a incorporar movimientos especiales, esquivaciones y ataques cargados, mantiene una rigidez que choca con los estándares actuales del género. Hay cuatro personajes jugables - aunque dos de ellos se deben desbloquear - y cada uno cuenta con ataques diferenciados, pero el ritmo general se siente plano.
Ni los combos, ni los poderes, ni las armas dispersas por el escenario logran imprimir dinamismo a lo que está sobre la mesa. El juego se resuelve, en la mayoría de los casos, con los mismos bucles básicos de puñetazos y patadas que uno podía usar en 1987.

En todo ese escenario, sus creadores igual imprimen algunas novedades: los enemigos pueden rebotar en muros o caer en trampas del entorno, y algunos ataques se encadenan en pequeñas secuencias aéreas. Pero el resultado es inconsistente, los enemigos reaccionan de manera errática y el control no siempre responde de la mejor manera, especialmente con los jefes que activan ataques imparables continuamente.
Aún así, esos mismos enfrentamientos contra jefes logran romper la monotonía, aunque no por su ingenio, sino por su brutalidad. Algunos requieren pensar mejores formas de ataque, o reconocer los patrones del entorno, pero otros representan un desafío en donde solo queda machacar botones.
Visualmente, Double Dragon Revive intenta mezclar lo clásico con lo moderno, pero queda a medio camino. Los modelos de personajes lucen correctos, aunque los efectos de fuego o energía parecen sacados de otra era. La iluminación es plana y los escenarios, aunque variados - desde pagodas japonesas hasta autopistas - carecen de personalidad. Basta decir que en un momento, en una fábrica, hay una secuencia estilo videojuego de plataformas que no está bien resuelta y eso le juega en contra a una propuesta que en su jefe está mucho mejor resuelta.
Basta agregar que donde títulos recientes como Streets of Rage 4 brillan por su identidad visual y su ritmo vibrante, aquí predomina una sensación de monotonía que termina quitándole puntos a la hora de repetirse la experiencia. Y eso es un problema, porque en los mejores juegos de este estilo, uno no tenía problemas a la hora de meter una ficha tras otra.

Con todo lo anterior en cuenta, quizás el mayor problema de Double Dragon Revive es su falta de propósito. En lugar de reinterpretar su legado, parece una recreación hecha desde la nostalgia más literal. No hay mayor aporte más que traer de regreso a los hermanos Lee y soltarlos de lleno a la pelea. Tampoco hay una propuesta visual que le dé una nueva identidad. Es un juego que insiste en revivir una fórmula que el propio mercado ya superó hace décadas.
Eso no significa que no tenga encanto. Su simpleza tiene un aire retro que puede atraer a quienes crecieron con los arcades y aún recuerdan la satisfacción de derrotar a un enemigo con el menor número de fichas posible. Pero más allá de esa melancolía, Double Dragon Revive carece de la energía necesaria para competir con los revivals recientes del género.
En definitiva, Double Dragon Revive se siente más como una recreación de algo que ya fue en vez de un regreso triunfal. Tiene los elementos básicos: puñetazos, combinaciones de golpes, jefes y escenarios urbanos. Pero le falta chispa, ritmo y modernidad.
A la larga, solo queda remarcar que este regreso llega para recordarnos por qué el género tuvo que reinventarse para revivir de verdad.
Double Dragon Revive ya está disponible en Playstation, Xbox, Nintendo Siwtch y PC a través de Steam y Epic Games.
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