Hito 4: Bienvenidos a la América de Donald Trump

La separación sin escrúpulos de familias de inmigrantes ha marcado la era del magnate gringo y es una alerta para Chile.

Durante el primer semestre del año, Donald Trump fue blanco de duros emplazamientos tras separar a los niños de sus padres inmigrantes arrestados cruzando la frontera con México. Determinación calificada de inadmisible por sectores demócratas, pero que tenía un fuerte y silencioso apoyo en lo que se llama los EE.UU. profundo, el electorado que llevó al empresario a la Casa Blanca.

Entre sus promesas a esos grupos estaba la "tolerancia cero" ante quienes trataran de entrar ilegalmente. El 6 de abril de este año, el fiscal general Jeff Sessions anunció que quienes fueran capturados en este acto serían acusados con cargos criminales y en consecuencia los mayores edad serían llevados a cárceles y sus hijos a centros "de cuidado".

Fue en este contexto que una foto remeció las conciencias de los norteamericanos: una niña hondureña, de nombre Yaneli y de dos años, lloraba mientras su madre indocumentada era detenida en McAllen, Texas. La escena, fotografiada por John Moore -ganador del Pulitzer- , fue llevada a la portada de la Revista Time con el título "Welcome to America".

Las reacciones internacionales contrarias a este hecho fueron muchas, pero al interior de la "tierra de la libertad" los comentarios estaban divididos entre quienes defendían la medida (de estados que se sienten desplazados de la riqueza) y los que se preguntaban (mayoritariamente del mundo universitario y la élite cultural), ¿en qué nos estamos convirtiendo?

Para el analista internacional de la Universidad San Sebastián, Patricio Gajardo, la inédita medida se ve sustentada en la fidelidad del electorado: "Su discurso lo ha beneficiado para mantener los niveles de adhesión de sus votantes. Fenómeno que le ha significado que el 80 por ciento de los republicanos se declaren simpatizantes de sus políticas".

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La inmigración es un tema que afecta a todos

"La foto de la niña llorando impresiona. Tal vez rompe el alma por lo dramática, pero más allá del sentimiento que provoca es la muestra de un problema que como país también nos afecta: la inmigración ilegal.

La frontera de Chile está lejos de soportar esta cantidad de ingresos al margen de los protocolos establecidos, pero existen y con ellos redes organizadas dedicadas al tráfico de migrantes. Es así que la cantidad de personas que vienen por un sueño aumenta tanto legal como ilegalmente, lo que provoca temor y rabia entre grupos que pueden ver en estas personas una explicación racional a sus problemas.

Estos compatriotas son caldo de cultivo para populistas de izquierda o derecha, que por ganar votos identifican el problema, pero en lugar de buscar cómo solucionarlo exponen a quién culpar".

Patricio Gajardo, analista U. San Sebastián

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