"¡Que levante la paaata, el que tiene pulguiiitas! ¡Que levante la pata, el que tiene sarniiita!". Al ritmo de Américo, Zalo Reyes o el que se le venga al mate, se pasea por las calles de la capital Marcelino Hazard, más conocido como el "Señor del Veneno".

Pero no vaya a pensar que don Chelino anda por la vida haciendo callar los ladridos de los coludos como varios tontorrones sin sentimientos. Para nada. Él les da solución a las mascotas y personas que se pasan rascando y echando parásitos por todos lados.

"Hace como treinta años que me dedico a esto, solo que antes iba por las casas fumigando. Después de eso me conseguí este carro, que es igual al que usan los vietnamitas; otros lo encuentran parecido a un carro de golf enchulado. Yo le puse el Hazamóvil", señaló este autodidacta químico a La Cuarta.

"A mí me enseñó un sujeto que era químico profesional. Debe ser por mi simpatía que me contó sus secretos y a realizar mezclas, pero no se vayan a asustar: yo trabajo solo con productos naturales y comprobados", confidenció.

"Mis principales clientes son los perros y los gatos que sufren con las pulgas, garrapatas o sarna. También les vendo a las personas que tienen parásitos, como piojos", contó Hazard.

Vozarrón

Marcelino cuenta que desde chico tiene un talento musical. "Mi mamá tocaba guitarra cuando me tenía en su guata, y mi taita pertenecía al orfeón de Carabineros; él llegaba silbando a la casa, de ahí que cada vez que ofrezco mis productos lo hago cantando con lo que se me venga a la cabeza. Tengo temas propios o encacho canciones conocidas", entonó al diario pop.

"Varias veces me tocó que los líquidos que manejo me dejaban medio aturdido, por lo que siempre ando trayendo leche líquida y chocolates. Esto es lo mejor para cuando alguien presenta síntomas de envenenamiento", recetó el "Señor del Veneno".

"Los perritos se me acercan solitos para que los desparasite y ellos me lo agradecen. Sienten cuando una persona quiere hacerles el bien y cuando quieren hacerles maldades. La gente cree que tengo a mis perritos amaestrados, ya que me siguen a todas partes", descaseteó este discípulo de Francisco de Asís.