¿Qué son los perros reactivos y cómo abordarlos?

Un perro reactivo es aquel que cuando le ponemos la correa comienza a comportarse de manera incontrolable en presencia de ciertos estímulos (otros perros, personas, motos, etc). Estoy de acuerdo.

Las causas son muy variadas: inadecuada o ausencia de socialización temprana, miedos y fobias. También, ansiedad, educación inconsistente o basada en el refuerzo negativo, excitación excesiva, deseos de saludar, juego, etc.

Pero sea por uno u otro motivo, lo que quiere básicamente el perro es alejarse del estímulo que considera amenazante; o bien acercarse para mantener un contacto social.

En este punto discrepo con algunos autores. Muchas veces la razón que hay detrás de esta reacción es disipar el conflicto por medio de un ritual de intimidación.

¿Agresivo?

¿Un perro reactivo es un perro agresivo? No necesariamente, pero por desgracia se confunde una cosa con la otra.

Creemos que un perro que reacciona así nos quiere morder; otra cosa es que este perro aprenda que mordiendo la amenaza se aleja, lo que constituye un refuerzo negativo que haría que la conducta se repitiera, o que cuando se acerca la persona lo acaricia, lo que constituiría un refuerzo positivo.

El mayor problema con estos perros es que sus dueños no entienden lo que el perro quiere. Y como frecuentemente se malinterpretan sus pretensiones, comenzamos a probar opciones. Por ejemplo, castigarlo tirando de la correa, tranquilizarlo cuando ocurre, someterlo, etc.

Ninguna de estas opciones trata realmente el problema de base. Esto porque o bien refuerza el comportamiento, o bien le crea al perro más estrés y ansiedad. En este punto, también muy de acuerdo.

¿Qué hacer?

Lo primero que se debe hacer es un diagnóstico de un especialista. Claramente cada caso requiere un análisis particular y una aplicación asesorada del tratamiento a seguir.

También, muy desafortunadamente la mayoría de los amos ante la presencia de esta problemática, y otras, busca el inmediatismo, el resultado mágico y el valor del servicio mas económico. Para tratar este tema se requieren profesionales muy capacitados y sobre todo con muchos años de experiencia... eso tiene un valor como en cualquier profesión.

Debemos dejar de someter al perro durante un tiempo al estímulo en cuestión. Mientras, trabajaremos la obediencia relajada (con refuerzo positivo), someteremos a nuestro perro a una rutina de ejercicio físico y mental.

Una vez conseguido, comenzaremos a introducir en el paseo el estímulo en cuestión, por supuesto a una distancia que nuestro perro tolere (sociabilización remedial); de este último punto mis alumnos saben muy bien.

Cuando detectemos el estímulo comenzaremos a distraer al perro (Técnicas de desenfoque), con premios de comida o juego y palabras agradables o practicando señales de obediencia relajada.

En el caso de que la motivación sea acercarse para saludar o jugar, haremos el mismo trabajo y el refuerzo positivo final será dejarlo que salude.

Este trabajo se llama desensibilización y contracondicionamiento. Y requiere mucha constancia y paciencia por parte del amo.

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