La falta de un lugar apropiado para mantener en observación por el tiempo necesario al perrito Excalibur, supuestamente contagiado con ébola, fue el motivo por el que las autoridades sanitarias españolas decidieron sacrificar a la mascota de la enfermera Teresa Romero, quien permanece internada en grave estado.

Así lo indicó el veterinario José Manuel Sánchez, quien enfatizó que "había que sacrificar al perro porque no tenían dónde meterlo".

En una entrevista concedida al diario El País, el también catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense de Madrid sostuvo que "lo ideal habría sido trasladarlo en condiciones de bioseguridad, cosa que no tenemos en España, ponerlo en observación, esperar 21 días y darle el alta, pero no tenemos instalaciones apropiadas en España para dejar al animal".

Sánchez, quien es fundador y diseñador del primer laboratorio de alta seguridad biológica en su país, tiene claro que "desde el punto de vista de la bioseguridad, sacrificar al perro fue la mejor decisión, dura y triste, pero no quedaba otra opción. No se podía correr el riesgo de que se infectaran dos cuidadores y tres veterinarios".

"Curar a ese animal, con ese virus, habría sido lo mejor de mi vida, pero si no tienes los medios, no puedes arriesgarte", concluyó.

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