Tatita cría conejos en mina abandonada

La Quebrada de Agua Dulce a 80 kilómetros de Diego de Almagro, en la Tercera Región, es un desértico paraje que esconde una historia muy particular en medio de un abandonado pique minero de oro.

Resulta que don Francisco Cortés (67) hace años que quería criar conejos, pero no sabía cómo. Hasta que, al unir su experiencia como minero y agricultor con su ingenio, dio en el clavo: hoy, al fondo de su chacra, bordeando un farellón que dejaron los aluviones del año pasado, y detrás de una puerta de latón hechizo, está el criadero que tanto anhelaba.

“Descubrí una mina de oro abandonada en esta ladera del cerro. La desenterré, la limpié y se me ocurrió hacer en estas cavernas un corral para criar los conejos. Las paredes y fondo son pura roca, lo que hace las veces de barrera para que no hagan forados y se escapen. ¡Imagínese! Ahora en vez de una mina tengo conejos de oro!”, se quiebra Cortés.

Cuenta que antes del aluvión llegó a tener cerca de 60 conejos y los vendía muy bien, pero que con las lluvias pasaron a mejor vida, “así que se me ocurrió armar una conejera en esta mina y ya tengo cerca de 20 animalitos nuevos”.

“La alfalfa que tengo sembrada es el soporte para la engorda de mis animales y a través del Programa de Desarrollo Indígena (PDTI) de INDAP estoy proyectando sembrar más pasto para que no les falte nada”, asegura.

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