La variante Ómicron ha causado un alza significativa en el número de contagios por COVID-19 a nivel mundial, y Alemania no ha sido la excepción. Con 118 mil nuevos casos, y más de un millón activos, el país europeo ha debido implementar nuevas medidas de prevención.

Una de estas es la implementación obligatoria de la vacuna para el general de la población, lo que dio origen a las protestas. “Quiero mi libertad de regreso” y “Paz, libertad, no más dictadura” eran algunas de las consignas de los protestantes manifestaron en contra del plan de vacunación y el aumento de restricciones.

En la ciudad de Freiburg alrededor de 4.500 personas se juntaron a protestar, mientras que en Frankfurt 4.000 personas más también se unieron en protestas. En Leipzig por otro lado, la manifestación reunió a cientos de personas. Para muchos, estas protestas están organizadas por movimientos de extrema derecha alemanes.

A pesar de que no hubo graves incidentes, la policía si detuvo a un grupo que intentó irrumpir en el área psiquiátrica del Hospital Universitario de Leipzig. En Zwonitz, otra de las ciudades donde hubo manifestaciones, algunos asistentes fueron detenidos por cubrir sus rostros, lo que es una falta dentro de las manifestaciones públicas. Las autoridades agregaron que presentarán cargos porque las protestas no fueron avisadas de antemano, por violar protocolos COVID y resistirse al arresto policial.

El Ministro de Salud de Alemania, Karl Lauterbach ha sido determinante en proponer una vacunación obligatoria para así poder enfrentar la variante Ómicron y otras que vengan a futuro. Por el momento ha declarado que es inminente que los contagios lleguen a 400 mil diarios, y la labor del gobierno es prevenir que la ola de contagios producto del invierno siga aumentando, además de proteger a la población adulta mayor que no ha podido vacunarse.