TEHERÁN.- La poli iraní apañó a un gran lote de jóvenes acusados de organizar conciertos de rap y fiestas "obsenas de moral desviada". El problema es que lo lolos tocan y escuchan música occidental, que está prohibida por el régimen.

"Esas bandas graban vídeos en lugares clandestinos y después difunden música prohibida a través de satélite e internet", explicó el jefe de la Policía de Teherán, Husein Sajedinia a un diario local.

Según el oficial, los mozalbetes ocupan edificios abandonados y camuflan la fiestoca con cortinas para no ser detenidos. "Intentan presentar como normales relaciones insanas entre hombres y mujeres y apelar a la obscenidad para mostrar una imagen falsa de la sociedad", aseguró.

Desde que en 1979 se impuso la República Islámica, los iraníes tienen prohibido escuchar música "occidentalizada" como el rap, el hip-hop o el heavy metal.

Pese a la mala onda y la represión, los lolos igual se juntan como pueden a cabecear a escondidas. En los últimos años, la policía iraní ha detenido a algunos jóvenes góticos o seguidores del heavy metal, acusados de satanismo.