Al jubileque de Ron Svenden (75), de Brewster, Massachusetts, en Gringolandia, casi lo mata la impresión cuando los galenos del hospital hicieron junta médica para ver su caso.

Cáncer a los sopladores era lo mínimo que esperaba, pero tras los análisis, los docs, muertos de la risa, le dijeron que lo suyo era una arveja alojada en uno de sus pulmones, que además había brotado hasta alcanzar media pulgada.

Pero lo de Ron es una bicoca, ya que al ruso Artyom Sidorkin le creció un abeto de 5 centímetros en uno de sus sopladores.

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