Una espeluznante cornada, cuyas cruentas imágenes recorrieron el mundo, sufrió ayer el torero sevillano Julio Aparicio en la Plaza de Toros de Las Ventas, en Madrid.

El terrible percance se produjo cuando el hombre perdió pie. Fue en ese momento cuando "Opíparo", el toro, le clavó uno de sus cuernos en plena garganta.

El cuerno perforó primero debajo de la mandíbula, atravesó la lengua y salió por la boca ante la mirada atónita de los asistentes.

Máximo García Padrós, cirujano jefe de Las Ventas, detalló que Aparicio resultó con "rotura de maxilar superior, completamente partido y el paladar también; cuatro dientes del lado derecho, las piezas superiores: el primer molar, el canino y los dos incisivos. Todo lo ha volcado hacia delante por la fuerza con la que ha entrado el pitón (cuerno)".

Pese a la fuerza de la cornada, el matador logró pararse por sus propios medios. Pero con el transcurso de las horas las cosas cambiaron. Tras ser intervenido en la enfermería de Las Ventas, el torero fue evacuado con pronóstico "muy grave" al Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Padrós agregó que el cuerno "no toca ni la carótida ni la yugular, ha sido una suerte porque ha pasado al lado, porque la carótida interna está justo ahí y no ha tocado nada afortunadamente. Si no hubiera sido tremendo".

Apodado 'Julito', Aparicio es el hijo de un famoso torero de los años 50 del mismo nombre.