La policía española detuvo a tres ciudadanos mexicanos por su responsabilidad en el transporte de 140 kilos de cocaína hacia el viejo Continente, y que usaban su trabajo en una línea aérea para tapar sus viajes sin levantar sospechas.

Según la información entregada por al agencia EFE, los muchachos Gerardo Z. A. (27), Luis A. G. (28) y Eduardo P. A., (40), tomaron el avión con destino a Madrid la mañana del martes, desde su México lindo y querido. Para entrar a la Madre Patria aseguraron que venían como cualquier turista.

Tras pasar la aduana del aeropuerto de Barajas los nenes habrían entregado su carnet de trabajadores de una conocida empresa mexicana de aviación, donde ellos se desempeñaban como sobrecargos. La idea era saltarse varios controles a sus maletas y salir lo más rápido posible del terminal aéreo.

Todo iba bien hasta que un policía se dio cuenta que los tres muchachos viajaban con tres maletas totalmente idénticas. Hasta los candados en los cierres eran iguales.

Rápidamente los perros policiales se acercaron a los bolsos, y levantaron la cola, señal inequívoca que lo que se guarda en el equipaje no es precisamente ropa.

Al abrir las maletas los agentes del Grupo de Estupefacientes encontraron más de 140 kilates de clorhidrato en estado puro, transformándose en el mayor decomiso de la historia en el famoso aeropuerto.

De acuerdo al vocero del departamento antidrogas, la cochinada venía en "132 paquetes en forma de ladrillo que contenían una sustancia blanquecina que, una vez sometida al reactivo narcotest, resultó ser cocaína", señaló a la agencia EFE.

La policía investiga si era el primer viaje "turístico" del trío.