Las nobles palomas mensajeras, que alguna vez llevaron mensajes de amor y noticias, perdieron terreno por culpa de los carteros y emails, pero los narcos de Colombia les dieron un nuevo uso a su capacidad de repartir productos por la vía aérea.

El económico courier ahora es usado para llevar pitos, monos, latinos, cabezones y demases cochinadas hasta los penales, sin que los carceleros distingan los pájaros buenos de los cargados.

Así lo descubrió el general José Mendoza, jefe de la fuerza en el departamento Norte de Santander, luego de que sus oficiales encontraron una palomita tratando de sobrepasar el cerco de la penitenciaría modelo de Bucaramanga, con un "paquete" en una garra.

"Los agentes vieron cómo se tropezaba con el paredón. Al revisarlo descubrieron que llevaba atada una dosis de marihuana. Por el peso no podía cumplir su objetivo", contó Mendoza.

Además del pito, la paloma venía con gramos de "bazuco", que es el nombre de la pasta base en Colombia. Se cree que el dueño de la encomienda quería hacer un marciano.

Entre la yerba y la pasturri, el envío pesaba aprovimadamente 42 gramos, cantidad similar a la que meten los "peloteros" en las bolas de tenis en nuestro país.

La agencia EFE informó que la paloma burrera quedó detenida en la Policía Ambiental y Ecológica cafetera.