Con multas para sacar ronchas, el gobierno de China busca acabar con los funerales en los que deudos y amigos recuerdan al finado con atrevidas performances de atrippers.

Es común ver en el gigante asiático que, al son de música tecno y punchipunchi, atrevidas chicas queden casi en carne viva tanto sacarse la ropita. Parece el ambiente típico de un antro donde se va a buscar algo que poner en el gancho, pero no, nones. Se trata de un velatorio, en el que respetuosos y condolidos familiares y amigos despiden al fiambre.

Detrás de las muñecas que se quitan pilchas -según el diario "tofi" The Telegraph- es común ver videos con la vida y obra del fallecido. Muchos graban los shows y los postean en las redes sociales para decir "yo estuve aquí y despedí a Won".

Todo organizado por agencias de producción de eventos.

Pero las autoridades consideran que tal costumbre es "incivilzada" y desprestigia al país, por lo que se están aplicando multas estimadas en 11 mil dólares.

Es más, el diario People's Daily asegura que el gobierno perseguirá esta costumbre en las zonas rurales, donde hacen furor. Y cita el caso de un productor o mánager de nombre Li, quien,  en la provincia de Hanan, se ganó 15 días en el calabozo y los respectivos 11 mil dolarcetes por dejar pochitos y con los ojos rasgados a los deudos con la performance de seis strippers.