La prensa francesa le ha hecho chupete por estos días a un escándalo que sacude a la mujer más millonaria del país, Liliane Bettencourt, la heredera de la industria de cosméticos L'Oréal.

La hija de Bettencourt, Francoise, presentó ante la justicia una demanda en contra del fotógrafo y artista Francois-Marie Banier (63), amigo con ventaja de la multimillonaria de 87 años (en la foto), quien habría recibido de parte de la nona 1.000 millones de euros en regalitos.

Francoise pretende desmostrar ante la justicia que su mami está incapacitada para administrar su fortuna, estimada en unos 17 mil millones de euros (24 mil millones de dólares).

Alega también la hija que la debilidad de la abueli fue aprovechada por Banier para que le pagara varios seguros de vida, le entregara cheques y obras de arte.

Por ahora la justicia gala suspendió indefinidamente el juicio a la espera de que el Tribunal Correccional de Nanterre realice una investigación a grabaciones de conversaciones telefónicas entre Bettencourt y Banier, las que fueron presentadas como pruebas por su hija, quien teme quedarse sin pan ni pedazo debido a la generosidad de su progenitora.

Asimismo, en las mismas conversas quedarían en evidencia irregularidades fiscales, con el pago de coimas a un ministro del Gobierno francés para reducir impuestos.

Liliane Bettencourt defiende con dientes y uñas a su "amigui", a quien considera un genio, y se niega a hacerse pruebas médicas para descartar tejas corridas.