Al menos 84 muertos, más de 100 heridos, 57 de ellos que se debaten entre la vida y la muerte.

Ese es el triste saldo que dejó el brutal ataque perpetrado por el demente Mohamed Lahouaiej Bouhlel (31), que arrolló en un camión a cientos de personas que disfrutaban  de su fiesta nacional en Niza. La masacre golpeó fuerte nuevamente al pueblo francés, pero no logró ponerlos de rodillas.

Ayer el presidente Francois Hollande llegó a la ciudad afectada y visitó el Hospital Pasteur, donde se encuentran los heridos por el ataque terrorista.

“Hay franceses, y también muchos extranjeros, procedentes de todos los continentes. Hay muchos niños, niños pequeños”, dijo.

Reconoció que en Francia “estamos tratando con una lucha que llevará mucho tiempo”, en referencia n también a los dos atentados anteriores ocurridos el 2015.

Desde el Vaticano, el Papa Francisco manifestó su “solidaridad con el sufrimiento de las víctimas y de todo el pueblo francés”, mientras que  la primer ministra de Alemania, Angela Merkel, expresó que están “junto a Francia en la lucha contra el terrorismo”.

Por su parte, el presidente español, Mariano Rajoy,  dijo que Francia contará con “toda la cooperación” en el esfuerzo por “erradicar toda esta locura criminal”.

“China es también víctima del terrorismo. El Gobierno chino está firmemente en contra de cualquier forma de terrorismo”,  sostuvo a través de su portavoz, Liu Kang.

El presidente Ruso Vladimir Putin señaló que con esfuerzos conjuntos de “la comunidad europea se podrá vencer el terrorismo”.