Una furiosa manada de once elefantes salvajes mató a un flaquito monje budista y dejó gravemente herido a otro en el norte de Tailandia. Los animales lo rodearon y pisotearon hasta dejarlo como papilla.

El drama ocurrió en el Parque Natural de Thap Lan en la provincia de Nakorn Ratchasima, a 200 kilómetros al noreste de la capital, en donde los religiosos habían acudido a meditar.

Sin mediar provocación los elefantes emprendieron contra los hombres. Cuando los animales se echaron el pollo, el monje herido alertó a sus compañeros del monasterio de Bolong y ellos recuperaron el cadáver.

El director del parque, Yuthanna Sringernngam, explicó que en ocasiones durante la temporada de celo los animales se comportan en forma violenta, por eso las personas deben evitar acercarse a ellos en todo momento.

Los elefantes no serán sacrificados porque son una especie protegida por la legislación tailandesa.