Nathalie Rollandin es una turista que grababa la puesta de sol tranquilamente en la costa de San Francisco, en Estados Unidos. El paisaje era perfecto, el clima un agrado, la brisa movía su pelo coquetón y el romanticismo salía a flor de piel mientras observaba el paisaje natural.

Todo hasta que una flaite gaviota de corte sopaipa se dejó caer sobre el artefacto tecnológico, sin antes empapelar a la chiquilla para intimidarla. "Qué pasa, alopécica, pasa la huá conch...", le dijo antes de emprender el vuelo con rumbo desconocido. El pajarraco voló varios segundos, todo esto mientras la cámara registraba lo que sucedía.

Una vez en tierra firme, el plumífero le pegó tres picotazos al aparato, cachó que no le podía sacar muchas lucas y lo dejó tirado como si fuera basura. Lo más cuático de todo es que se dejó grabar mientras escapaba del lugar, en la onda choriza. Minutos después llegó la víctima y logró recuperar su chiche.

La poli realiza peritajes para dar con el paradero del animal y no se descarta que volara a Viña del Mar, ciudad donde supuestamente pitutea como trofeo de un conocido festival de la canción.