En la

década de los ochenta no había cabro chico o guailones grandotes que no se volviera loquillo por tener en sus casas una consola Atari,

la maquinita de videojuegos que la llevaba, por lejos, en la época en que los pantalones amasados y calcetines blancos arrasaban entre los adolescentes y los flecos en las chasquillas femeninas eran lo más top de top.

Y es que la compañía gringa tenía una gran variedad de juegos que hacían las delicias de los videoadictos, amén de una billetera "así" de gigante para ponerle bueno a la creación de más y más juegos.

Y en esa estaban cuando

se les ocurrió firmar un contrato con el director Steven Spielberg y Universal Pictures, los creadores de E.T., la película más taquillera de inicios de los '80, para hacer un videojuego que, según Atari, la rompería en el mercado.

Pero

la apuesta finalmente se fue en puros saltos y opes, ya que el producto final fue un juego tan malo, que hata el día de hoy es considerado como el peor videojuego de la historia.

Y como la empresa gringa se la jugó con 5 millones de cartuchos para los 10 millones de consolas vendidas en todo el mundo, el resultado fue la quiebra de la compañía, apurada también por la gran cantidad de copias del "Pacman", el otro juego que acabó con Atari.

Ahí fue cuando

nació el mito o leyenda urbana que, hasta hoy, con el hallazgo de millones de cartuchos en un depósito de basura en Nuevo México, se hizo realidad: que ante tamaño fracaso de ventas, la empresa mandó varios camiones con millones de cartuchos no vendidos para enterrarlos

antes de declararse en quiebra.

Y no fue sino hasta este sábado 26 de abril cuando una productora de documentales dio con los cartuchos de la polémica.

"Me siento muy aliviado y entusiasmado de que realmente pudieron ver algo"

, soltó el director de cine, Zack Penn, uno de los que lideran el proyecto documentalista que, se espera, sea estrenado durante este año en las consolas Xbox de Microsoft.