Pasaditas las 22 horas chilenas comenzó el segundo debate presidencial televisado de Gringolandia por las elecciones de noviembre.

Desde el comienzo los candidatos sacaron chispas. Es que la demócrata, Hillary Clinton y el republicano, Donald Trump, se rehusaron a darse la mano en el salón de té de la universidad Washington, de St. Louis, Misuri.

Ya antes el empresario había llegado al lugar con 4 mujeres que habían denunciado alguna vez Bill Clinton de acoso.

Sobre la mansaca por el video grabado en el 2005 y publicado hace pocos días, en el que Trump hace comentarios groseros en contra de las féminas, el rucio republicano intentó defenderse. Calificó el registro como "bromas masculinas" o "charla de vestuario" y remachó que ya se ha disculpado por la embarradita ante su familia y ante los ciudadanos.

Eso sí, le tiró la caballería encima a la Clinton al sacarle los trapitos al sol a su marido. Sosteniéndo que Bill le hizo cosas peores a las mujeres: "Las mías son palabras, las de él son acciones", remachó.

Pa' rematar trató a Hillary de "demonio".

NO ARRUGÓ

Claro que la Hillary no se quedó. Y le enrostró que sus palabras (en el video) muestran que no está capacitado pa' gobernar el país.

"Él ha dicho que el video no representa quien es, pero yo creo que queda claro para cualquiera que lo escuche que representa exactamente quién es", lanzó el misil.