Totamente camuflada con una chaqueta militar, un gorro y gafas de sol, la Princesa de Gales pasó piola en el exclusivo bar Royal Vauxhall Tavern, en el sur de Londres.

Pero la chiquilla no entró sola, pues fue acompañada por el líder de Queen, Freddie Mercury y otros dos destacados actores.

La copucha se supo luego de que  en el periódico gringo Sunday Times, publicaran parte de las memorias de la actriz Cleo Rocos, un libro llamado “El poder de la bebida positiva”.

Dentro del pituco antro nocturno, la  actriz nunca supo si alguien reconoció a Diana, ya que se veía más hombre que todos los galanes de Las Vega´s juntos. Según la autora del libro, Lady Di “parecía un magnífico muchacho”, chantó.

Al estar rodeada de súper estrellas, borrachos y socitos que querían chupar como condenados, la princesa pudo pedir copetes como cualquier mortal que se va de juerga por las calles de la capital de Inglaterra.

“Cuando entramos, nosotros sentíamos obviamente que era la princesa Diana y que podía ser reconocida en cualquier momento. Pero la gente simplemente la ignoró. Ella parecía haber desaparecido. Y eso le encantó”, señala Cleo Rocos.