Está escrito en la crónica policial internacional: una desequilibrada abusó sexualmente de un hombre mientras éste dormía a pata suelta en su casita de Seattle, en Estados Juntos.

La víctima afirmó que se fue a acostar y al despertar encontró a la chica, identificada como Chantae Marie Gilman, encima de él jugando a la vaquera en plena doma del más revoltoso de los toros. “¡Yijaaa, yijaaa, yupiii, eso, sí, sí, más, más, torito, yijaaa!”, gritaba la cabra mientras agitaba una mano como si agarrara un sombrero.

El compadre, no identificado para proteger su pudor e intimidad, despertó y lejos de seguir con la cueca, le pidió que parara con el show y se bajara.

Lejos de hacerle caso, Chantae lo miró como bicho raro, le dijo “no” y continuó teniendo sexo con la víctima.

Recién cuando la ardiente morena gritó ¡viva Seattle y los Estados Unidos de América! el cabro pudo liberarse, reportó la televisora local KOMO.

"Desde el punto de vista estadístico es atípico ver a una mujer agresora", afirmó el detective Drew Fowler, del Departamento de Policía de Seattle. "Pero trabajamos para que la gente se haga responsable de sus acciones. La ley está específicamente escrita sin distinción de género y culparemos a quien sea que cometa un crimen".

Los investigadores utilizaron el ADN de la violadora, quien es madre de cuatro niños y está esperando a un quinto, según un amigo de la familia. La mujer estuvo bajo tratamiento por problemas mentales y abuso de drogas en el pasado.

La víctima dijo a los investigadores que no conocía a Gilman, pero que la reconocía como una adicta a las drogas de la zona. La defensa dijo que su cliente no recuerda el incidente y que sufre de una enfermedad mental y de bipolaridad.