Amalia López Celis, de 112 años, perdió su acta de nacimiento durante la Revolución Mexicana (1910-1921), pero la recuperó un siglo después, gracias a un programa municipal que le ha devuelto sus plenos derechos como ciudadana.

Amalita, como la conocen sus vecinos y familiares, nació el 10 de julio de 1898, según consta en su recién estrenada acta de nacimiento, que obtuvo el pasado viernes en Ciudad de México al igual que otras 399 personas.

El sueño de esta mujer, que ha vivido en tres siglos distintos y lleva 94 años viuda, se concretó finalmente en vísperas de que el próximo 20 de noviembre se celebre el Centenario del inicio de la Revolución Mexicana, lo que la hace "doblemente feliz y satisfecha", según reconoció.

Doña Amalia, que goza de un aceptable estado de salud pese a su dificultad para hablar y, en ocasiones, escuchar, explicó que utilizará su recuperada acta de nacimiento para solicitar algunos apoyos asistenciales que el Ayuntamiento del Distrito Federal destina a personas de tercera edad.

El sacrificio y la larga espera "valieron la pena", consideró la mujer de 112 años mientras apretaba entre sus manos con orgullo su certificado de nacimiento.

Oriunda de la capital cuate, se fugó de su casa a los 13 años rumbo al poblado de Tlecotepec de Benito Juárez, donde vivió con José María Carrasco, un ferrocarrilero con quien tuvo cuatro hijos. Atrás, dejó a sus padres, tres hermanas y todas sus pertenencias y documentación.

Durante esa época, en pleno apogeo de la lucha revolucionaria, recuerda que era "muy difícil" que una persona tuviera propiedades o certificados de nacimiento y escolaridad, "sobre todo, cuando uno vivía escondiéndose y huyendo" para evitar que hombres y mujeres fueran reclutados para el combate.

A Doña Amalia no le sobrevive ninguno de sus cuatro hijos pero no le faltan el cariño y cuidado de su nuera Ernestina, sus 9 nietos, 15 bisnietos y 3 tataranietos.