Poco más de 20 millones de pesos jaguares fue lo que pagó un australiano califa que compró una infartante sesión por webcam protagonizada por Maitresse Madeline.

La ricura, que además de actriz es modelo y directora del género, publicó una fogosa sesión virtual para ver si alguno de los cibernautas prendía y pagaba, cosa que ocurrió tras dos semanas de campaña.

Según informaciones del Huffingtonpost.com, los 42 mil dólares gringos pagados por el australiano se convirtieron en el precio más alto pagado por una sesión web, la que tendrá de duración una candente e intensa horita al gusto del consumidor.

Y es que al ser consultada por su performance, la infartante Maitresse soltó que su cliente “será capaz de elegir qué cosas exactamente quiere que me ponga y cómo se supone que tengo que trabajar”.

De paso, agregó que "si lo único que quiere es hablar durante toda la hora no será algo inusual".