QUITO, 12/09/09.- Como dice el dicho popular, en todas las familias "se cuecen habas", y el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, no es la excepción a la regla. Todo porque hoy, acusó a su hermanito Fabricio, de "codicia" y, para más remate, de haberse pasado a l "vereda de enfrente".

La agarrá de mechas de los hermanos Correa agarró viento de cola luego de que se declarara la terminación unilateral de al menos dos de varios contratos que mantenía el Estado con empresas de Fabricio Correa, a la construcción de obras en el sector público.

En su programa radial de los sábado "Diálogo con el Presidente", el Mandatario ecuatoriano sostuvo que "la codicia ya se ha apoderado de mi hermano... ya se ha puesto del lado de la oposición", oportunidad también en que ratificó la decisión de su gobierno de dejar sin efecto los millonarios contratos.

Sobre ese punto, el Presidente Correa sostuvo que "independientemente del costo personal que esto implique, los contratos de mi hermano serán terminados... la gran mayoría unilateralmente, porque la ley prohibía al hermano del Presidente contratar" con el Estado, piteó, y dejando clarito de paso que "la responsabilidad es solo mía. Yo soy el que he dado esa disposición".

"ERA SENCILLITO..."

Ayer, el cuestionado hermano del Presidente, Fabricio, con la pena inundándole los ojitos, dijo que ha podido observar una "transformación" de su hermano, que antes "era un hombre sencillo, afectuoso, apegado a la ley", al tiempo que lamentaba que en el Ejecutivo "se toman muchas decisiones en base al nivel de popularidad".

El Jefe de Estado, en respuesta a los dichos de la sangre de su sangre, chachareó que su hermano cayó en "un juego político lastimoso".

En todo acso, el hermano mayor del Presidente ecuatoriano, ni corto ni perezoso, al ver que se le causaba un tremendo daño al deshauciar los contratos, rapidito demandó al Estado por la friolera de 37,8 millones de dólares, valor en que estima los perjuicios causados por la anulación de los papeles.